Un tribunal de Quilmes halló como responsable al Obispado de ese distrito del Conurbano bonaerense por los actos de abuso sexual contra un menor perpetrados por un sacerdote en 2002.

El sacerdote, que falleció de SIDA, reconoció los hechos, pero solo recibió una “amonestación canónica” de parte de sus superiores, recordó por Continental Beatriz Cándida Varela, madre del entonces menor vejado y antigua militante católica.

En su sentencia, el Juzgado Civil y Comercial número 2 de Quilmes obligó al Obispado a pagar 155 mil pesos más los intereses de una década al joven que fue abusado cuando tenía 14 años. La sentencia fue apelada por el obispado.

En La Mañana, Varela recordó que el cura “fue trasladado a otra diócesis, donde se le dio refugio, sin haber sido nunca expulsado de la Iglesia, como yo reclamaba”, hasta que falleció a causa del síndrome de inmunodeficiencia adquirida en junio de 2005.

“El abuso sexual ocurrió en la madrugada del 15 de agosto de 2002 en la Casa de Formación de la Iglesia Católica, de Berazategui, que depende del Obispado de Quilmes. Llegué a recurrir al Arzobispado de Buenos Aires para denunciar ante (el entonces cardenal) Jorge Bergoglio, pero nunca conseguí cita”, denunció la madre de la víctima.