De acuerdo con el jefe del Programa Provincial de Inmunizaciones, Rubén Cerchai, que indicó que "en algunos colegios religiosos hubo dificultades" para colocar la vacuna, incorporada por el Gobierno nacional, a través del Ministerio de Salud, al calendario oficial y por lo tanto pasa a ser obligatoria para completar el esquema de inmunizaciones.

"Les dicen a los vacunadores que pongan todas las del calendario oficial menos esa", indicó Rubén Cerchai, en declaraciones publicadas hoy por el diario Uno de Mendoza. Según la explicación recibida por los integrantes del Programa Provincial, se debe a que esas comunidades educativas entienden a la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) en las nenas de 11 años como una autorización velada a tener relaciones prematrimoniales en vez de conservar su virginidad, uno de los conceptos más significativos de la doctrina católica.

Es que este virus se trasmite por vía sexual, incluso con la práctica de sexo oral de la mujer al hombre posible portador sano del mismo. Cerchai, como responsable de cumplir las metas de vacunación dispuestas por el Ministerio de Salud de la Nación, aclaró que el Estado nacional podría cuestionar la decisión.

"Esto traería más disputas y lo que pretendemos es persuadir a los papás, es convencerlos de la utilidad de esta vacuna. Creemos que con el tiempo y luego de que sea generalizada su colocación, estas resistencias empezarán a ceder", manifestó el funcionario para explicar por qué hasta el momento no han explicitado de qué colegios se trata.

El vicepresidente del Consejo de Educación Católica mendocino, Matías Mussoto, negó que exista alguna recomendación para impedir que las chicas sean vacunadas, aunque aclaró que "si hubiese ocurrido así, cada comunidad educativa es autónoma para tomar esa decisión".

Mussoto reconoció que dentro del espectro de colegios católicos algunos son más estrictos en cuanto al seguimiento de la doctrina, pero eso depende de lo que propone cada uno para formar a sus alumnos.

En este sentido, la Dirección General de Escuelas se limitó a comentar que las escuelas son un medio donde el Ministerio de Salud acude para llegar mejor a los chicos, pero no es responsable ni de prohibir ni obligar a poner una vacuna ya que son los padres quienes firman el consentimiento respectivo para que sus hijos reciban en ese mbito la inmunización.

La vacuna fue sumada al calendario argentino a principios del año pasado y para octubre comenzaron a ser colocadas las primeras dosis a las chicas de 11 años, con la intensión de completar para mediados de este 2012 las tres dosis que requiere el esquema para que sea realmente efectiva la inmunización.

La vacuna contiene los serotipos del virus más comunes, el 16 y el 18, causantes del 80 por ciento de los casos de cáncer de cuello uterino. Hasta el momento el 76% de la cohorte de niñas del año 2000, fecha de corte impuesta para determinar la población objeto de la vacunación, ha recibido la primera dosis.

Y de este grupo, el 62% ya tiene la segunda dosis, según datos oficiales del Vacunatorio Central, contabilizando todas las chicas registradas en centros de salud y escuelas visitadas por los vacunadores.

En cambio, las niñas del 2001, es decir las que fueron tomadas sólo por la estrategia de inmunización en las escuelas y que están cursando el sexto grado, alcanzaron 22% en el primer trimestre del año lectivo (marzo, abril, mayo) pero ese porcentaje podría ser mayor porque las notificaciones de la cobertura de junio y julio no est n terminadas.

El papiloma virus se transmite por contacto sexual y muy fácilmente, y se calcula que cuatro de cada cinco personas van a contraer algún tipo. Permanece en forma silenciosa a través de los años, sin dar síntomas, y afecta generalmente a mujeres porque el c ncer m s frecuente causado por el VPH es el de cuello uterino. En cambio, el cáncer de pene o de ano por este virus es pocas veces visto.