Unas cinco mil personas debieron abandonar sus hogares y se suspendieron clases y transportes en varias provincias por las pertinaces y torrenciales lluvias de los últimos días. Dos mil de los desplazados son habitantes de Córdoba; en Jesús María, ayer el puente provisional que había tendido el Ejército fue arrastrado por la crecida.

Por Continental, Eduardo Acastello, intendente Villa María, explicó que la provincia “ha tenido lluvias en lugares que no venían afectados y esto agravó la situación y, en otros lugares donde no había habido inconvenientes, la situación está complicada. Hay varias rutas cortadas total o parcialmente. “Ahora nosotros nos preparamos para una inundación más que probable. Estamos tomando todas las medidas para evitar daños mayores, ayudados por las obras que hemos ido coordinando entre Nación, Provincia y Municipio. En Idiazábal sólo quedan once personas sin evacuar y estamos pensando en crear un nuevo pueblo”, graficó en La Mirada Despierta.
 
En Santa Fe, hubo un millar de desplazados por anegamientos en los barrios. Se suspendieron las clases y la actividad pública y se restringió el transporte urbano. El agua afectó principalmente a la zona del cordón oeste y noroeste de la capital provincial, anegando barrios como Las Flores, Yapeyú, Santa Rosa de Lima y San Lorenzo, y a localidades cercanas como Esperanza y San Carlos. En San Luis hay unos 375 desplazados, pero la cifra se eleva a unos 1.500 damnificados si se suman las autoevacuaciones. Entre las localidades más afectadas se encuentra Lafinur, un poblado de 600 habitantes del departamento Junín, que se vio golpeado por la crecida del río Conlara que anegó las calles y produjo el colapso del sistema cloacal.
 
En Santiago, por otro lado, cayó un aguacero sobre la capital, cuyo casco céntrico quedó inundado, se declaró el asueto administrativo y día inhábil en la justicia por la interrupción del transporte público, además de la suspensión de las clases. Unas 100 personas abandonaron sus hogares, y Defensa Civil y Gendarmería tienen dificultades para ingresar a los barrios más afectados por los 150 milímetros de precipitaciones en pocas horas. En el interior de la provincia hay más de mil familias damnificadas, aunque la mayoría no abandonó sus viviendas.