Un equipo del Conicet en el Instituto Leloir desarrolló un nuevo abordaje en “terapia génica”: un virus con varias modificaciones de diseño, que lo habilitan para destruir células cancerosas. En ratones de laboratorio, fue capaz de inhibir y destruir tumores, destacó por Continental Osvaldo Podhajcer, investigador del Conicet, jefe de Terapia Molecular y Celular en la Fundación Instituto Leloir.

La “viroterapia” utiliza virus modificados por ingeniería genética, de manera que reconozcan las células malignas, penetren en ellas y las destruyan, explicó en La Mañana. En este caso se emplearon adenovirus (los mismos que en su estado natural causan resfríos o conjuntivitis) y la novedad es haberlos sometido no a una, sino a por lo menos cuatro modificaciones genéticas que les permiten hacer lo mismo que hacen las células cancerosas (aprovecharse del medio que las rodea) pero para destruirlas.

“Todos los desarrollos ya están patentados y las etapas siguientes deberían ser: continuar las investigaciones con animales y eventualmente encarar ensayos clínicos con seres humanos”, añadió Podhajcer.

El trabajo sobre cáncer gastrointestinal fue publicado en la revista Molecular Therapy, de la Asociación Estadounidense de Terapias Celulares y Genéticas, y lo firman Podhajcer, Felipe Núñez y Eduardo Cafferata –también del Leloir–, Soraya Bravo, Fernando Cruzat, Giancarlo De Ferrari y Martín Montecino, de las universidades de Concepción y Andrés Bello, Chile. La investigación sobre melanoma se publicó en The Journal of Investigative Dermatology: además del equipo que dirige Podhajcer, la firman científicos de las universidades de Londres, Birmingham y St. Louis.

El artículo en Molecular Therapy señala que “los cánceres gastrointestinales están entre los más frecuentes, y el cáncer de estómago da cuenta de más del diez por ciento de las muertes por cáncer. En la mayoría de los casos, los diagnósticos se efectúan en un estado avanzado de la enfermedad. El cáncer de páncreas es el cuarto en frecuencia, en hombres, y el quinto en frecuencia, en mujeres, y tiene la menor tasa de supervivencia entre los cánceres gastrointestinales. El cáncer colorrectal es el tercero en frecuencia en todo el mundo y da cuenta del 8 por ciento de las muertes por cáncer. Pese a los avances en el diagnóstico por imagen, como la endoscopia y la colonoscopía para detección temprana, cánceres gastrointestinales como los de páncreas y estómago, y el de colon en sus estadios avanzados, no son accesibles a los actuales tratamientos convencionales. La respuesta mejora mediante tratamientos con anticuerpos monoclonales, pero sólo un pequeño porcentaje de pacientes puede beneficiarse de las nuevas terapias, y el beneficio es principalmente transitorio. Hay necesidad urgente de nuevos tratamientos”.