Los padres del niño Nicolás Flores, de 13 años, aseguraron que la intercesión del cura José Gabriel Brochero, quien será canonizado en octubre, permitió que el menor salvara su vida luego de un accidente en 2000 y que pudiera hablar y hacer una vida normal.

"El primer milagro es la propia vida de Nicolás, que se haya recuperado de tantos paros cardíacos, uno de ellos de 15 minutos de duración. Era imposible que un niño de esa edad se recuperara, que resistiera y que haya subsistido a eso", destacó por Continental Sandra Violino, madre del pequeño.

La mujer destacó que "el segundo milagro" fue "que Nicolás volviera a hablar, porque había perdido su hemisferio izquierdo en forma completa, donde están cifradas las funciones del lenguaje y tenía afectada la zona frontoparietal derecha, que es el complemento de dicha función".

"Nicolás ni siquiera podía mover la cabeza cuando salió de la operación y ahora vive una vida prácticamente normal. La recuperación de Nicolás es científicamente inexplicable", sintetizó Violino.