"Un grupo de alumnos vino a confesarse a la Iglesia por lo que habían hecho, pero no sé sus nombres ni me interesan. Me importa llegar al alma de esas personas y ver cómo las ayudo", confirmó el párroco de San Ignacio de Loyola, Francisco Baigorria, en diálogo con el diario Clarín.

Hasta el momento, se desconocen los nombres de los cinco estudiantes que, en plena toma del Colegio Nacional de Buenos Aires (CNBA), bajaron al sótano de la institución, rompieron el candado que bloqueaba el acceso a los túneles de la Manzana de las Luces e irrumpieron en la parroquia para realizar pintadas anarquistas.

Sin embargo, el rector del colegio, Gustavo Zorzoli, prestó testimonio ayer ante la fiscal contravencional Lorena San Marco y acercó los datos de los presuntos atacantes. Esa información coincidiría con los nombres que la Justicia ya tenía en su poder por distintos testimonios y versiones que circulaban desde el mismo día del ataque en las redes sociales.

Una vez que la fiscalía determine qué grado de responsabilidad tuvieron los alumnos en el ataque, habrá dos cuestiones por definir. Por un lado, si serán sancionados pero podrán continuar como alumnos regulares del CNBA o si directamente serán expulsados. Por el otro, la Justicia deberá definir si son castigados de alguna forma.

De acuerdo con el artículo 184 del Código Penal, las ofensas a "tumbas, signos conmemorativos, monumentos, estatuas, cuadros u otros objetos de arte colocados en edificios o lugares públicos" pueden ser castigados con penas que van de los tres meses a los cuatro años de cárcel. Aunque algunos señalaban que entre los atacantes había dos alumnos mayores de edad porque se habían quedado libres y reingresado al CNBA, las últimas informaciones indican que todos los atacantes serían menores de edad.