Tras la polémica por los dichos del titular de Sedronar, Juan Carlos Molina, quien declaró que "habilitaría el consumo de todo", y en el medio de fuertes indicios de que el oficialismo buscará promover en los próximos meses la despenalización del uso de estupefacientes, una investigación de inminente aparición asegura que la marihuana es más nociva que algunas drogas duras y el cigarrillo de tabaco.
 
"La marihuana es la droga ilegal de mayor consumo en el mundo. La planta de cannabis crece en muchos países, ya que requiere de clima cálido, una carga de agua no tan elevada como la hoja de coca y no necesita de altura. Su sustancia activa es el THC (tetrahidrocannabiol)", explican en el libro El Poder narco el experto en seguridad Eugenio Burzaco (ex jefe de la Policía Metropolitana) y el politólogo Sergio Berensztein.
 
Y agregan: "Quienes buscan legalizar su consumo argumentan que es mucho menos dañina que la cocaína, la heroína y las metanfetaminas y similar al cigarrillo común. Sin embargo, estudios científicos y médicos demuestran lo contrario y recomiendan que de ninguna manera debe tratarse como una sustancia inocua o similar al cigarrillo de tabaco".
 
Para argumentar su tesis, los autores comienzan explicando que la marihuana hoy en día tiene mucho más THC que en el pasado.
 
"Un estudio de la Universidad de Misisipi demuestra que un "porro" en 1985 tenía 2,8% de THC, contra un 10,2% de 2009. Robin Murray, doctor en psiquiatría del London Institute of Psichiatry, que trabaja en el Madsley Hospital de Londres, señala que la marihuana skunk que consumen los jóvenes británicos tiene entre 15% y 20% de concentración de THC y que algunas resinas (hachís) llegan al 30%", aseguran.
 
"Por otra parte, un estudio de la Universidad de Harvard reporta que los riesgos de muerte cardíaca son cinco veces superiores durante la hora posterior al consumo de marihuana", añaden Burzaco y Berensztein.
 
El libro recuerda que otro dato a tener en cuenta es la concentración de carbohidratos cancerígenos que tiene un "porro": 70% superior al cigarrillo de tabaco. Esto aumenta las posibilidades de contraer cáncer de pulmón y de afecciones en las vías respiratorias.
 
"El Instituto Nacional de la Salud de los Estados Unidos demostró que la concentración de alquitrán y otros productos cancerígenos de la marihuana son tan elevados que cinco porros semanales equivalen a un atado de cigarrillos por día. El instituto Nacional de Defensa del Consumidor de Francia, por su parte, determinó que fumar porros de marihuana tiene el mismo impacto en términos de sustancias cancerígenas que un paquete de cigarrillos. También demostró que un porro tiene dos veces más benceno y tres veces más tolueno que un cigarrillo de tabaco. Un reporte de Canadá establece, en el mismo sentido, que el porro tiene 20 veces más amoníaco que el cigarrillo y produce cinco veces más óxido nítrico e hidrógeno cianhídrico", indica la investigación.
 
Además, de acuerdo a los autores, el consumo prolongado de marihuana impacta en la salud mental de los consumidores. "Es, tal vez, el efecto menos conocido, pero que se estudia cada vez con mayor detenimiento", observan Burzaco y Berensztein.
 
"Por ejemplo, se detectó una fuerte correlación en los casos de esquizofrenia en jóvenes que la consumieron en importantes cantidades durante la adolescencia. El Dr. Andrew, miembro del tribunal asesor sobre salud mental de Nueva Gales del Sur, descubrió que cuatro de cada cinco esquizofrénicos australianos habían sido usuarios recurrentes de marihuana entre los 14 y los 21 años. A la misma conclusión llegó un estudio de laboratorio de la Universidad de Yale, de 2004: la exposición a THC induce a una serie de pacientes sanos a efectos del tipo esquizofrénico.También se advierte un deterioro de la memoria de corto plazo", reflexionan.
 
Según datos oficiales citados en el libro, Naciones Unidas informa que existen entre 120 y 220 millones de consumidores en el planeta. En la Argentina, los niveles de consumo se ubican entre los más altos de la región, con un 7% de la población de entre 14 y 65 años identificándose como fumadora de marihuana.