“Una persona muy atemorizada se acercó a nuestro estudio y nos comenta que tiene información sobre el paradero de Jorge Julio López, sin vida. Allí, nosotros lo intentamos convencer de que lo mejor era entregarle los datos a la justicia de la manera más reservada posible, para no tener ninguna sorpresa”, comenzó su relato el abogado Alberto Sánchez Kalbermatten.

En ese sentido, precisó, “cuando hablo de sorpresa me refiero a que el Programa de Protección de Testigos en Argentina no funciona correctamente. De hecho, existen miles de casos de testigos que por cumplir con una carga pública para esclarecer un delito y evitar la impunidad terminan padeciendo algo ellos o sus familiares”.

En Bravo.Continental, Kalbermatten explicó que se basaron en el decreto 1.548 del 2010, que fija una recompensa para quien aporte datos fehacientes y concretos para encontrar a López. Luego, dijo, se sigue un procedimiento para llevar adelante un testimonio y reservar la identidad del sujeto que declara.

El Ministro de Seguridad es quien luego le entrega los datos al fiscal correspondiente, quien luego deberá pedirle al juez que se lleven a cabo las pericias.

“Nosotros le dimos verosimilitud a la versión –del testigo- porque fue muy puntual, muy precisa, muy justificada y con muchos detalles. Nosotros no podemos afirmar de que esto sea o no, simplemente acompañamos a un testigo atemorizado que quiere declarar”, remarcó el letrado.

Kalbermatten dijo que el testigo “no brinda detalles” y dijo que no se trata de una persona que tenga relación con las fuerzas de seguridad aunque “no le consta”.