"El tren paraba antes de las estaciones. Arrancaba y volvía a frenarse", precisó la pasajera, y recordó que antes del impacto le llamó la atención que al ingresar al andén dos de la terminal ferroviaria la formación "no bajaba la velocidad". "Pensé '¿cuándo va a frenar?' y ahí sentí el impacto. Volé y quedé con un montón de cuerpos encima. Yo gritaba el nombre de mi hija, creí que había perdido la pierna. A las cuatro de la madrugada me enteré que mi hija estaba muerta", dijo entre sollozos.

Los testigos dieron testimonios desgarradores en la primera jornada dedicada a escuchar a los sobrevivientes en el marco del juicio oral por el siniestro del 22 de febrero de 2012. "Viajamos como ganado. Nos pisan, nos empujan, cualquier cosa por un asiento. Hace 12 años que tomo el Sarmiento y siempre fue lo mismo", describió la mujer, que como consecuencia de las lesiones debió movilizarse siete meses con una silla de ruedas.

Al recordar a su hija, quien viajaba sentada en el mismo vagón, se quebró y exclamó: "No sé si quiero seguir viviendo".