El 14 de junio, Adrián Novillo fue a bailar al boliche Space de la localidad bonaerense de Quilmes con un grupo de amigos. Todo transcurría con total normalidad hasta que ocurrió la tragedia. Una patota lo golpeó hasta dejarlo inconsciente para robarle las zapatillas, la billetera y el celular. Tras días de agonía, Adrían murió. Tenía 16 años.

"Me mataron a mi hijo, y yo no pude hacer nada para salvarlo. Pero ahora le prometí justicia", expresó por Radio Continental Marcelo Novillo, papá de la víctima. El 2 de julio, decidió encadenarse en un árbol frente al edificio de Tribunales e iniciar una huelga de hambre para que la Justicia trabaje en el esclarecimiento del crimen de su hijo.  Según relató, no se moverá de ese lugar hasta que "vea pasar a todos los culpables de la muerte de Adrián".