El presidente de Dock Sud, Aníbal Campanini, tildó de “locura” los enfrentamientos entre barrabravas de Laferrere con la policía, cuando ambos clubes se enfrentaban. Catorce policías quedaron heridos, tres de ellos de gravedad, y quedaron destrozados autos y casas. “No se trata de hinchas, sino de delincuentes”, pontificó en La Mirada Despierta. 

La gresca comenzó cuando el partido estaba igualado 1 a 1. A los 27 minutos del segundo tiempo del partido por la Primera C, el árbitro Rodrigo Sabini suspendió el encuentro. Unas 200 personas avanzaron desde la calle pretendiendo ingresar a la cancha sin entradas; la infantería intentó controlarlos, pero varios miles de los que ya estaban en las tribunas descendieron de las gradas y atacaron a los efectivos por la retaguardia. 

Un par de patrulleros incendiados y varios vehículos particulares destruidos, completaron la dantesca escenografía que mostraron los alrededores del estadio del conjunto del oeste del conurbano bonaerense, cuyos vecinos salieron inmediatamente a las calles linderas para protestar por lo acontecido. Pero los enardecidos hinchas locales no se quedaron solamente con la agresión a los policías, sino que acto seguido pretendieron quemar también el micro que trasladó a la delegación visitante e intentaron tomar por asalto el vestuario en el que se habían refugiado los futbolistas de Dock Sud, que permanecieron durante dos horas en el lugar, hasta que sobre las 20.30 pudieron abandonar el lugar custodiados por las fuerzas del orden, relató Campanini. 

El 21 de abril de 2014, ambos equipos se enfrentaron en la cancha del Doke y el encuentro debió suspenderse por un intento de agresión de los hinchas locales a los dirigentes de Laferrere, lo que redundó en una gresca de grandes proporciones con destrozos de autos y frentes de negocios.