Casi cuatro meses después del asesinato de la estudiante chilena Nicole Sessarego Bórquez, un joven de 22 años identificado como Lucas Ariel Azcona quedó detenido luego de que su familia lo entregara a la policía. Su hermana lo reconoció en las imágenes de las cámaras de seguridad que los investigadores difundieron el jueves pasado en los medios de comunicación.

El detenido, que se entregó acompañado de su padre en una comisaría de Quilmes, trabaja para una empresa de limpieza en la calle Constitución al 4.200, en el barrio porteño de Almagro, a menos de 20 cuadras del lugar en el que fue asesinada la estudiante el 15 de julio pasado.

"Rescatamos la valentía del padre", expresó Patricia Anzoategui, la abogada de la familia de Nicole en Bravo.Continental y destacó que: "fue sorprendente la actitud del padre y pudo evaluar que esto podía volver a suceder. El padre hizo lo correcto. El perder a una hija, es similar al gran dolor que puede tener el padre al enterarse y entregar a su hijo.”

Si bien se trata de determinar si había algún vínculo, Anzoategui declaró que en principio Lucas Ariel Azcona “no tenía ninguna relación con Nicole".

Sobre los pasos de la investigación, indicó que como la víctima recibió 11 puñaladas y este tipo de ataque "tiene que ver con una reacción, hay algo complejo en la psiquis del acusado y esa situación se vuelca a estudiar su entorno, por lo que seguimos investigando todas las posibilidades”.

Lucas Azcona se negó a declarar este lunes y a ser sometido a una extracción de sangre y continuará detenido por orden judicial, según informaron fuentes vinculadas a la causa. 

Como el imputado no prestó conformidad para una prueba de ADN, el juez de instrucción Luis Zelaya, a cargo de la causa, ordenó la extracción compulsiva de sangre, para cotejarla con rastros obtenidos en el lugar del crimen.