Las críticas especializadas a la implementación de las policías locales comienzan a verificarse con un ejemplo atroz. Ocho efectivos de la Policía Comunal de La Plata fueron detenidos acusados de participar en el crimen de un detenido adentro de un patrullero el 26 de agosto último, hecho que inicialmente fue denunciado como un suicidio.

Los arrestos fueron dispuestos a pedido de la fiscal Bettina Lacki, quien determinó mediante diversas pruebas que el detenido Juan Martín Yalet (35) no se suicidó sino que fue asesinado, por lo que imputó a los policías por "homicidio triplemente agravado por alevosía, abuso de funciones, y por ser cometido mediante el empleo de arma de fuego, en concurso real con la falsificación material e ideológica de instrumento público".

El hecho en el que se presume participaron los policías ocurrió el 26 de agosto último, cuando efectivos a bordo de un móvil policial detuvieron a Juan Martín Yalet (35), acusado de interceptar con fines de robo a una mujer y a su hijo de nueve años. El hombre fue apresado y, tras ser esposado con sus manos hacia atrás, subido a un patrullero, conducido por Cristian Caffa y su compañera Mónica Arias. En esas circunstancias, recibió un disparo en el cráneo dentro del móvil policial y fue trasladado al hospital San Martín de La Plata, donde murió.

Los policías informaron que el detenido se había "autolesionado" con una pistola 9 milímetros que tenía entre sus prendas de vestir, hipótesis que fue calificada como "inverosímil" por la fiscal penal que interviene Bettina Lacki, quien además constató que no había sangre en el asiento trasero, como tendría que haber habido si hubiera sido un suicidio, y sí había restos hemáticos sobre el piso del móvil policial. También tomó en cuenta que no había concordancia entre los movimientos del móvil policial, la sucesión de hechos descriptos por los policías y la secuencia temporal que arrojó el llamado del informe de AVL (Localización Automática Vehicular).