La oficial principal de la Policía Federal Argentina (PFA) acusada de haber asesinado el sábado a su hija de 12 años de un balazo en la cabeza, en el barrio porteño de Caballito, quedó más comprometida luego de que su otra hija la sindicó como la autora del crimen y, tras negarse a declarar ante la Justicia, seguirá detenida. Mirta Martínez (47), quien presta servicio de la División Asuntos Jurídicos de la PFA, fue indagada esta tarde por el juez de Instrucción 3 porteño, Guillermo Carvajal, quien le imputó el "homicidio calificado por el vínculo" de Constanza Rocío Guevara (12), con pena prevista de prisión o reclusión perpetua.

Los voceros precisaron que la acusada, asistida por un defensor oficial, se negó esta tarde a declarar ante el magistrado que dispuso que continúe detenida mientras resuelve su situación procesal. En tanto, fuentes policiales precisaron que al momento del crimen de Constanza, la otra hija de la ahora imputada, de 13 años, estaba presente en el lugar del hecho. “La chica salió de la casa diciendo que su madre había matado a su hermana”, dijo uno de los jefes policiales que trabaja en la pesquisa.

Por su parte, el juez Carvajal aguardaba los resultados preliminares de una serie de peritajes realizados en el lugar del hecho y sobre el arma secuestrada -la pistola reglamentaria Browning calibre 9 milímetros de la oficial-, por expertos de la Gendarmería, que por protocolo intervino en el sumario porque la acusada es integrante de la PFA. Uno de los peritajes más esperados es el Microscopio Electrónico de Barrido (MEB) para establecer si hay rastros de un disparo en las manos de la niña o de la madre. El MEB detecta en la ropa y las manos los tres elementos que provienen del fulminante y se dispersan al momento de producirse un disparo: plomo, bario y antimonio.