Eran las 9.40 y Sabrina Olmos (15) estaba en una pausa de recreo, en el patio del colegio. Algunos alumnos y vecinos dirían más tarde que se escucharon varios tiros, pero entonces nadie alcanzó a darse cuenta de lo que sucedía. Al menos dos asaltantes habían robado un auto y la Policía comenzó a perseguirlos. Fueron varias cuadras de carrera hasta que dos patrulleros cercaron el coche, lo chocaron y atraparon a uno de los ladrones. Mientras tanto, en la escuela, empezaban las corridas de desesperación: Sabrina se había desvanecido tras recibir un disparo en el pecho. Poco después, moría camino al hospital.

Ocurrió en el colegio parroquial San José, cuya entrada principal está ubicada en Monseñor Solari al 2700, en la localidad de Gervasio Pavón, partido de Morón. La institución ocupa toda una manzana y el patio está sobre Grito de Alcorta, en la calle paralela, a lo largo de la cual se extiende un largo paredón que separa al edificio del exterior.

La pared de ladrillos tiene dos puertas que comunican con el patio.

La bala que mató a Sabrina habría rebotado en un portón y pasado por encima del muro.

Ayer, peritos de Gendarmería (que intervienen cuando hay personal policial involucrado) buscaban precisar la trayectoria. La autopsia que iba a realizarse en la Morgue Judicial de Lomas de Zamora, además, debía concluir qué tipo de proyectil fue el que mató a la chica: si el disparo provino de un arma policial o de los asaltantes. Al detenido se le secuestró un revólver calibre 32 largo y varias vainas servidas.