Muy pocos recuerdan que el jubilado que atiende el kiosco en el centro de Santa Fe fue uno de los ladrones de guante blanco más buscados en los ´90. Mario Fendrich, quien tiene 72 años, se desempeñaba como subtesorero del Banco Nación de Santa Fe cuando decidió dar un gran golpe: se llevó 3,2 millones de dólares que nunca volvieron a aparecer.

Desde detrás del mostrador evita a la prensa, pero los memoriosos recuerdan que fue él quien hace justo 20 años, el 23 de septiembre de 1994, recibió la carga de dos camiones de caudales, entró al tesoro, salió, cargo varias cajas en su auto y desapareció tres meses y medio hasta que se entregó.

Cumplió 4 años, 9 meses y 20 días de condena, según informó el diario Clarín y desde que salió retomó su vida normal, en la misma casa con los mismos amigos y hábitos, pero nunca se encontró el dinero sustraído en un crimen millonario.