Alejandro Reynoso, el comerciante detenido por el crimen de Solange Aguirre, confesó haberla asesinado tras una discusión en una de sus pollerías y haber decapitado y enterrado el cadáver en Entre Ríos.

Reynoso (38) confesó anoche al ser indagado por el fiscal de Benavídez Sebastián Fitipaldi, mientras que su hijo Sergio (19), también detenido por el caso, se despegó del homicidio y sólo admitió haber acompañado a su padre al lugar donde fue enterrado el cuerpo.