La Policía cordobesa apartó al jefe de la departamental Unión luego de que se conoció que tres agentes de su órbita fueron denunciados por supuestos hechos de tortura sufridos por tres jóvenes en la comisaría de Justiniano Posse, localidad ubicada a unos 165 kilómetros al sudeste de la capital provincial.

Héctor Garis, jefe de la departamental Unión de la Policía, dentro de cuya jurisdicción opera la comisaría de Justiniano Posse, fue "licenciado" y en esa situación revestirá "hasta que salga su pase a retiro", informaron hoy fuentes policiales.

El jueves pasado, el jefe de la Policía cordobesa, Julio César Suárez, había reconocido que es lamentable que tres miembros de la fuerza hayan sido puestos en situación pasiva, mientras se sustancia una investigación penal, por lo sucedido en Justiniano Posse.

"Da vergüenza ajena. Por eso, lo mandamos al director General de la Policía (hasta Justiniano Posse) con la finalidad de que se establezca para averiguar qué pasó y para que se ponga a disposición del fiscal (de Bell Ville, ciudad próxima a Justiniano Posse)", aseveró Suárez.

En el mismo sentido, el comisario destacó: "todo policía que no prestigie este uniforme no tiene cabida en la fuerza. El que no respete la misión que tiene por delante, se tiene que buscar otro trabajo; se tiene que ir de la Policía".

El hecho por el cual los policías fueron pasados a situación pasiva tuvo como origen la denuncia formulada por Ariel Hilves (24), que dijo: "cuatro agentes, al menos, me pusieron una bolsa de nylon en la cabeza. Con una mano me tapaban la boca y me empezaron a pegar. Yo me asfixiaba".

De acuerdo con el muchacho, su hermano (18) y otro amigo (17) “corrieron igual suerte” y agregó que los policías hasta les arrojaron "gas pimienta" a sus rostros. “No queremos que esto le pase a nadie más, que nadie viva este sufrimiento, porque es volver al pasado, a los militares, cuando torturaban gente. Los chicos tienen que salir a divertirse, a pasarla bien, no esto, no queremos que nadie sufra como nosotros”, enfatizó Hilves.

Según Hilves, todo comenzó cuando en la madrugada del sábado 27 de septiembre se encontraban en un boliche de Justiniano Posse, ocasión en la que su amigo salió y, cuando intentó regresar a la disco, los efectivos le dijeron que no podía, que buscara otra puerta, tras lo cual "le arrojaron gas pimienta", y cuando él quiso ayudarlo, los detuvieron a los tres.

Lo sucedido tiene como contexto el hecho de que, según la Coordinadora Antirrepresiva de Córdoba, en lo que va de 2014, ya se han registrado siete casos de jóvenes muertos en casos de "gatillo fácil", lo que expresa la "sistemática política represiva" del gobierno de José Manuel de la Sota.

Con asiduidad se repiten denuncias por supuestos hechos de violencia institucional y en mayo pasado vecinos de Río Segundo, localidad ubicada a 40 kilómetros de la capital provincial, denunciaron haber sido víctimas de allanamientos ilegales concretados por la Brigada de Investigaciones de la Policía.

La recurrencia de hechos vinculados con agentes de la fuerza hizo que, en los últimos cinco meses, familiares de víctimas del accionar de la Policía marcharan por la capital cordobesa contra las políticas represivas del gobierno de De la Sota.