La cifra de muertos por las lluvias torrenciales, que sufrió la madrugada del miércoles la ciudad de Hiroshima (oeste de Japón), se elevó hoy a 39 y a 51 el número de desaparecidos. Las autoridades no descartan que la cifra de víctimas mortales y personas sin localizar vaya aumentando a medida que avancen las tareas de rescate y la policía y los bomberos cotejen sus datos.

Unos 3.000 policías, bomberos y efectivos de las Fuerzas de Autodefensa (Ejército) forman el dispositivo de rescate, centrado en la búsqueda de personas arrastradas por crecidas de ríos y canales, desprendimientos de tierra y aludes de lodo. Estos trabajos de rescate tuvieron que ser suspendidos la madrugada del miércoles por las fuertes lluvias en la zona.

La Agencia Meteorológica de Japón (JMA siglas en inglés) prevé además lluvias torrenciales y fuertes tormentas con peligro de inundaciones en esa y otras zonas del país entre hoy y mañana. Durante la madrugada del martes al miércoles, en la localidad de Hiroshima, cayeron en solo tres horas unos 200 milímetros de agua, el equivalente a la que se recoge normalmente en todo el mes de agosto en esta región montañosa.

Entre las 39 víctimas mortales que por ahora dejó la catástrofe hay tres niños de 2, 3 y 11 años, además de uno de los bomberos que participaba en las labores de rescate de uno de ellos. Las lluvias también causaron la destrucción total de 46 viviendas e anegaciones en otras 139 de la zona, donde todavía hay un millar de personas evacuadas, según datos recogidos por la agencia de noticias Kyodo.

Un análisis de fotos aéreas muestra como se produjeron desprendimientos de tierra en 31 lugares diferentes de la ciudad japonesa, sobre la que cayeron lluvias torrenciales históricas. La ciudad de Hiroshima ya sufrió en 1999 el efecto de unas lluvias torrenciales parecidas, que en aquella ocasión provocaron la muerte de 20 personas.