El ministro del Interior, Daniel Urresti, informó que uno de los uniformados heridos presenta traumatismo de cráneo encefálico, mientras que señaló que de momento no se han reportado civiles lastimados, pese a que la policía reprimió con gases lacrimógenos y golpes de bastón.

La cuarta movilización contra la denominada "ley pulpín" comenzó en forma pacífica, pero la violencia estalló cuando la Policía impidió que los jóvenes avanzaran hacia el Congreso, como tenían previsto.

Según medios locales y algunos participantes en la manifestación, las agresiones comenzaron por parte del Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), grupo ultraizquierdista ligado ideológicamente a la organización armada Sendero Luminoso.

Los miembros del Movadef y aparentes sindicalistas lanzaron piedras contra los uniformados, que respondieron con gases lacrimógenos y golpes de bastón, desatándose batallas campales en diversos puntos de calles céntricas de Lima.

"Hemos resistido mucho tiempo y ustedes son testigos, pero no podemos seguir poniendo en peligro la integridad de policías y jóvenes", apuntó en Twitter el ministro Urresti, al anunciar la disolución por la fuerza de la marcha.

"Y ahora qué dirán los defensores y creyentes del Movadef. La Policía está resistiendo valientemente el ataque de gente que no tendría que estar en esta marcha", agregó Urresti, quien usa permanentemente Twitter para confrontar a los adversarios, según refirió la agencia DPA.

El funcionario responsabilizó también a la centrales obreras CGTP, comunista, y CTP, del Partido Aprista, de centroderecha.
"Diles algo, 'señor del ego'. Se suponía que ya no hay búfalos", añadió el funcionario en referencia al ex presidente Alan García y al apodo que se les da a las fuerzas de choque apristas.

En diciembre, hubo tres marchas contra la "ley pulpín": laa primera también fue violenta, pero las otras dos resultaron pacíficas.

La "ley pulpín" (nombre que deriva de la jerga con que se llama a los muchachos que terminan la adolescencia) busca, según el gobierno peruano, estimular que las empresas informales regularicen el trato que les dan a los trabajadores de menos de 25 años.

Empero, sus opositores dicen que es una farsa porque no habrá controles para los informales, y en cambio la ley les permitirá a las grandes empresas, que operan formalmente, bajar sus costos laborales.