Andy Lamb sufría de insuficiencia renal y asistía tres veces por semana a sesiones de diálisis para sobrevivir hasta que su mujer, Samantha, le ofreció uno de sus riñones. Hasta aquí, una historia altruista sin más.

El problema viene cuando, en agosto del 2012, Andy abandona a su mujer y se va de la casa que comparten en Ivybridge (Reino Unido). Ahora, ella le reclama que le devuelva el órgano que le donó para dárselo a alguien "que se lo merezca más", según publica el Daily Mail.