El hecho se produjo cuando un grupo de jóvenes con las caras cubiertas utilizó varias vallas empleadas en las barricadas para acceder al edificio.

La policía antidisturbios, ubicada en la zona para garantizar la tranquilidad en el desalojo de los manifestantes que hace semanas acampan reclamando por una apertura democrática, cargó contra los manifestantes haciendo uso de bastones y el gas pimienta para tratar de dispersarlos.

Los agentes detuvieron a cuatro hombres, con edades entre 18 y 24, acusándolos de "daños criminales" y "agresión a agentes policiales", mientras que tres agentes fueron trasladados a un hospital por las heridas sufridas, según dijeron hoy fuentes policiales.

Los enfrentamientos con la policía volvieron a repetirse dos veces más a lo largo de la noche.

El incidente ocurrió horas después de que comenzara el desalojo bajo orden judicial de los acampados por las protestas pro democráticas en los alrededores de un edificio de oficinas, ubicado frente al Parlamento de Hong Kong.

A poco de sucedido la ocupación parcial del Parlamento, Scholarism y la Federación de Estudiantes de Hong Kong, las organizaciones estudiantiles al frente de las protestas por mayores libertades democráticas, dijeron que los jóvenes que asaltaron el edificio legislativo fueron engañados y calificaron sus maniobras de inútiles.

Joshua Wong, cabeza de la agrupación estudiantil Scholarism, dijo que este tipo de acciones  ponen en peligro a otros manifestantes, pero no llegó a condenar los actos.

"En una campaña de desobediencia civil los participantes tienen que asumir sus responsabilidades legales y garantizar la seguridad de todos los demás participantes", insistió.

"Asaltar el Consejo Legislativo para luego abandonar la escena inmediatamente representa un peligro para los manifestantes que están detrás de ellos", señaló.

En esta línea, Alex Chow, al frente de la Federación de Estudiantes de Hong Kong, cabeza visible de las protestas, rechazó que las protestas democráticas estén fuera de control, pero admitió que había que mejorar la coordinación entre los manifestantes.

La violencia vivida esta madrugada vuelve a dejar de manifiesto la falta de liderazgo que vive el movimiento democrático, acosado además por la pérdida de simpatía popular, acreditada a través de encuestas publicadas estos últimos días y por los mandatos judiciales que autorizan a las autoridades a despejar varias áreas de las protestas.

Ayer se ejecutó uno de esos mandatos y se espera que a lo largo de esta semana se lleve a cabo un segundo en el distrito obrero de Mong Kok, lo que obligaría a despejar un tramo de una de las calles en las que los manifestantes llevan asentados cerca de ocho semanas.