En un comunicado, la Cancillería siria criticó esta "injerencia flagrante" por parte de Ankara, que "permitió a fuerzas extranjeras y terroristas establecidos en su territorio entrar a Siria en una violación de su soberanía y la ley internacional", informó la agencia de noticias siria Sana.

Turquía permitió el ingreso a Siria, a través de la frontera común, a las fuerzas kurdo iraquíes (peshmergas) y a milicianos del Ejército Libre Sirio (ELS) para reforzar a las milicias que luchan en Kobani contra el asedio de los yihadistas del Estado Islámico (EI).

Para Damasco, Turquía y sus "cómplices", son responsables del conflicto en Siria y del continuo derramamiento de sangre "con su apoyo a organizaciones terroristas como el Estado Islámico y el Frente al Nusra".

Entre ayer y hoy, los primeros refuerzos del ELS y de los peshmergas comenzaron a llegar a Kobani, asediada desde el 16 de septiembre por los extremistas.

A principios de 2011 se desató en Siria una guerra civil en la que las fuerzas armadas se han enfrentado con diversos grupos insurgentes que quieren derrocar al presidente Bashar Al Assad.

El Estado Islámico se formó a partir de una coalición de esos grupos, que Siria asegura fueron financiados por Turquía, Qatar y Arabia Saudita, entre otros.

Cuando la ofensiva del EI cobró relevancia tras haberse hecho con el control de gran parte del territorio, Siria permitió la intervención de una coalición internacional liderada por Estados Unidos pero bajo la condición de que fuera coordinado y autorizado por Damasco.

Unos 150 miembros de las fuerzas kurdo iraquíes llegaron anteanoche a Turquía para desde allí trasladarse a Kobani, ya que la población está cercada por todos sus lados menos por el norte, donde limita con el territorio turco.

Además, ayer entraron los primeros refuerzos de los rebeldes sirios, una primera tanda de unos cincuenta combatientes del opositor Ejército Libre Sirio (ELS).