Los combates comenzaron en las afueras de la ciudad costera de 40.000 habitantes y alcanzaron algunas zonas pobladas, según mostraron fotografías publicadas por el diario estadounidense The New York Times. Pese a los rumores sobre una victoria de los separatistas, un vocero del Ejército ucraniano informó que la ciudad sigue bajo su control, aunque no así los pueblos aledaños.

Desde las redes sociales, las milicias separatistas aseguraron que estaban avanzando hacia el oeste, rumbo a la ciudad portuaria de Mariupol, un punto estratégico para controlar la rica reserva off shore de petróleo y gas del mar de Azov. Esta información no fue confirmada por el gobierno ucraniano.

En los combates en Novoazovsk al menos 13 soldados murieron y, según el diario neoyorquino, parte de las tropas ucranianas abandonaron la ciudad ni bien comenzaron los combates.

El Ejército ucraniano también informó que "milicianos junto a ocupantes rusos" tomaron el control de la ciudad de Starobesheve, en el sudeste de Donetsk, el principal bastión del levantamiento separatista, que tomó el control de esa provincia y de la vecina Lugansk casi sin disparar un tiro en abril pasado.

Según la oficina de prensa de la "Operación anti terrorista" que lanzó en mayo el Ejército sobre el este del país, un convoy de vehículos blindados rusos tomó posiciones entre Starobesheve y Telmanove.

Según relatos de periodistas internacionales, hoy no quedaba presencia del Ejército o de sus grupos paramilitares aliados en la ruta T0508 que sale de la ciudad de Donetsk, atraviesa Starobesheve y Telmanove, y termina, 100 kilómetros después, sobre la costa del mar de Azov, en Novoazovsk.

Kiev también confirmó que los combates se concentraron hoy en Donetsk, en el noreste, en Horlivka, y en la ruta a Rusia, hacia el sudeste, en las ciudades de Ilovaysk y Amvrosiyivka. Según la cadena de noticias BBC, al menos seis civiles murieron en dos ataques en Donetsk.

La apertura de un nuevo frente de combate en la costa del mar de Azov, una región que el Ejército y sus grupos paramilitares aliados habían logrado recuperar a fines de mayo pasado, sucedió apenas un día después que el presidente Petro Poroshenko y su par ruso, Vladimir Putin, se reunieran por primera vez a solas, en el marco de una cumbre multilateral en Misk, la capital bielorrusa.

Tras el encuentro Poroshenko anunció que habían acordado presentar una "hoja de ruta" para alcanzar un cese de fuego que ponga fin a la guerra interna que ya dejó más 700 soldados y, según estimación de la ONU, más de 2.000 civiles muertos. El número de milicianos separatistas fallecidos es incierto, pero sin duda se trata, al menos, de varios cientos.

En un intento de aprovechar el impulso de la cumbre de ayer en Minsk, Putin y la canciller alemana, Angela Merkel, instaron hoy a abrir lo antes posible un proceso político que ponga fin al conflicto ucraniano.

"Putin y Merkel se pronunciaron a favor del pronto cese del derramamiento de sangre, el alivio de la situación humanitaria y la necesidad de pasar a la vía del arreglo político", informó el Kremlin en un comunicado, citado por la agencia de noticias EFE.

Sin embargo, Putin sigue insistiendo -a contramano de lo que sostienen Poroshenko y sus aliados europeos- que la resolución del conflicto ucraniano tiene que comenzar con el fin de la llamada "operación anti terrorista" de Kiev y la apertura de un diálogo nacional que, por primera vez, incluya a representantes del levantamiento separatista.

Las milicias pro rusas tomaron el control de las provincias de Donetsk y Lugansk en contra del gobierno interino que derrocó en febrero pasado al presidente Viktor Yanukovich, un líder oriundo de Donetsk que se negó a firmar un tratado de libre comercio con la Unión Europea en pos de estrechar su relación con Moscú.

Ayer Poroshenko volvió a descartar una negociación directa con los separatistas y sólo se mostró dispuesto a sentarse a dialogar con los representantes que sean democráticamente electos en los comicios legislativos que él mismo convocó ayer para todo el país el próximo 26 de octubre.

Según explicó, estos nuevos diputados reemplazarán a los que fueron "un pilar" del gobierno de Yanukovich.

Sin embargo, en medio de combates y bombardeos diarios, con pueblos y ciudades completamente sitiadas y más de 285.000 personas desplazadas y refugiadas, parece poco probable que la parte oriental y ahora también parte del sur de Ucrania puedan ir a votar libremente en sólo dos meses.