Después de siete horas de tensión, terminó en Brasilia, sin víctimas, el secuestro perpetrado por un hombre armado que tomó como rehén a un empleado de un hotel de lujo de la capital brasileña y amenazó con matarlo de no ser atendidas sus demandas, todas de tenor político.
 
Según el portavoz de la policía civil, Paulo Henrique Almeida, el secuestrador Jac Souza dos Santos, un hombre de 30 años vinculado a un partido político conservador del estado de Tocantins, aceptó entregarse a las autoridades y fue trasladado a una comisaría. 
 
A su vez, el rehén -José Aílton de Souza, un mensajero del hotel de 49 años de edad- no sufrió heridas, pero fue trasladado a un
hospital, ya que se encontraba en "estado de shock".
 
El secuestro que mantuvo en vilo la capital federal brasileña se inició alrededor de las 09:00 hora local (12:00 GMT), cuando el
hombre -que se registró en el hotel con su nombre verdadero- tomó como rehén al empleado y lo obligó a vestir un chaleco presuntamente cargado con dinamita.
 
La policía no confirmó de inmediato si los explosivos utilizados eran reales y se limitó a decir que esta información depende del
análisis de los expertos forenses.
 
Según Almeida, la lista de exigencias presentada por el secuestrador era "política": Santos demandaba entre otras cosas el
fin de la reelección y la extradición del ciudadano italiano Cesare Battisti, condenado en Italia a prisión perpetua por cuatro
asesinatos cometidos en la década del 70, cuando integraba la organización izquierdista Proletarios Armados por el Comunismo (PAC). 
 
El italiano niega haber practicado estos crímenes y, pese a que su extradición a Italia fue autorizada por el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, en diciembre de 2010 el entonces presidente Luiz Inacio Lula da Silva optó por autorizar su permanencia en el país sudamericano.
 
En el momento del incidente de este lunes, había alrededor de 300 huéspedes en el hotel. Todos fueron evacuados, junto con los
empleados del establecimiento, por la policía.
 
Una tía del secuestrador afirmó a la prensa que Santos "siempre se interesó por política": "Él creía que la política brasileña era hecha en forma equivocada y decía que iba a repararla".
 
El próximo 5 de octubre Brasil celebra elecciones a las que la actual mandataria, Dilma Rousseff, se presenta como candidata a unsegundo período.