"Espero que nuestros socios occidentales no lo quieran, y que entre los que toman decisiones no haya locos", señaló el primer ministro ruso en una entrevista al periódico Vedomosti, en la que advierte con una "transición de las sanciones económicas a las acciones políticas".

Estas declaraciones llegan después de que Bruselas anunciase el pasado viernes un acuerdo a nivel de embajadores para ampliar las sanciones contra Rusia -que podrían concretarse hoy- en los sectores financiero, de la defensa y tecnologías de uso dual y energético, en respuesta a su intervención militar directa en el este de Ucrania.

En este sentido, Medvedev afirmó que en el pasado ya hubo casos en los que se introdujeron sanciones contra una serie de países a través de la ONU e insistió en que "como norma general no conducen a nada bueno".

De hecho, recordó el ejemplo de China, contra la que se impusieron sanciones en 1989.

"Esas sanciones fueron muy similares a las que ahora imponen en contra nuestra", aseguró el primer ministro ruso, quien añadió que gracias a ellas "China logró movilizar recursos nacionales, sin necesidad de aislarse del mundo exterior".

Por eso, Medvedev considera que "hasta cierto punto, estas sanciones los beneficiaron".

"Las sanciones pueden ser una arma de doble filo", afirmó, en declaraciones recogidas en la página web de la cadena estatal rusa Russia Today.

Respecto al conflicto ucraniano, Medvedev señaló que Kiev debe ocuparse de la restauración del sureste del país.

"Los que deciden utilizar artillería, tanques y aviones contra sus propios ciudadanos y ciudades, deben entender que después tendrán que pagar un precio económico colosal por esto", aseguró.