El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, pidió hoy disculpas a los españoles en nombre de su Partido Popular (PP), un día después de que fiscales revelaran una nueva y enorme red de corrupción política y la policía detuviera a más de 50 dirigentes y funcionarios, en su mayoría del oficialismo, y empresarios.

En una sesión del Senado, Rajoy dijo entender y compartir la "indignación y hartazgo" de los españoles ante la sucesión de hechos de corrupción, luego de que al menos cinco grandes casos sacudieran a la clase política y hasta la Casa Real en los últimos meses, justo cuando España sufre una gran crisis económica.

El jefe del gobierno se refirió a la detención de ayer de 51 políticos, funcionarios y empresarios en varias provincias españolas por presunta corrupción en adjudicaciones de contratos públicos, en la llamada "Operación Púnica", que afectó sobre todo al conservador PP y en menor medida al opositor y socialista PSOE.

En una sesión parlamentaria en la que se escucharon gritos de "dimisión" desde la bancada opositora, Rajoy admitió que los casos de corrupción echan una "sombra de sospecha generalizada" que "ensucia injustamente" la reputación de todos los están en política para servir a los demás.

"Es presidente de un gobierno en descomposición", le espetó la portavoz del PSOE en el Senado, María Chivite, quien pidió a Rajoy que dé la cara y "despierte" porque "hay un país al que hay que sacar adelante".

Rajoy declaró que el último caso de corrupción conocido "parece que responde a la codicia personal de los cargos públicos a los que afecta y no a las organizaciones políticas a las que pertenecen o pertenecían".

Recalcó que las personas que formaban parte del PP, y que están siendo investigadas en esta operación ya han sido suspendidas de militancia y, si se confirman las imputaciones, serán expulsadas.

"En cualquier caso, lamento profundamente la situación creada y, en nombre del Partido Popular, quiero pedir disculpas a todos los españoles por haber situado en puestos de los que no eran dignos a quienes en apariencia han abusado de ellos", añadió el jefe del gobierno.

Las detenciones de ayer en el marco de la "Operación Púnica" se suman a otros resonantes casos de corrupción que han salpicado profusamente a la clase política, los sindicatos, el empresariado e incluso a la Familia Real.

En junio pasado, la infanta Cristina, hermana menor del rey Felipe VI, fue procesada y enviada a juicio oral por estar implicada, junto a su marido, Iñaki Urdangarin, en la red de corrupción Gürtel, relativa al financiamiento ilegal y a la adjudicación irregular de contratos públicos, que afecta sobre todo al PP.

Otro caso que golpeó al partido de Rajoy es el de su ex tesorero Luis Bárcenas, quien está preso en espera de ser juzgado por fraude fiscal y lavado de dinero por llevar una contabilidad paralela del PP para registrar donaciones no declaradas que eran usadas para pagar gratificaciones a altos cargos de la agrupación.

Según la Justicia, Bárcenas acumuló más de 48 millones de euros (63 millones de dólares) en cuentas bancarias de Suiza, sin declarar al fisco español.

En agosto de 2013, Rajoy rompió su silencio por el caso en una sesión en el Parlamento en la que negó acusaciones de Bárcenas de haber cobrado decenas de miles de euros en sobresueldos durante más de diez años, y en la que, aunque sin pedir perdón, como hizo hoy, lamentó haber confiado en el tesorero.

También ayer, el PP anunció la expulsión de Rodrigo Rato, ex vicepresidente de gobierno y ministro de Economía durante los dos mandatos del ex presidente José María Aznar (19996-2004), por su relación con otro gran escándalo de corrupción relativo al banco que presidía, Caja Madrid, que ahora se llama Bankia.

Rato fue imputado este mes por un juez por presunto uso indebido de fondos de Caja Madrid mediante tarjetas de crédito a la que unos 80 directivos de la entidad cargaron más de 15 millones de euros en gastos personales no declarados al fisco.

En la sesión de hoy, Rajoy prometió que su gobierno seguirá "ampliando el abanico de medidas anticorrupción hasta lograr que cualquier cargo público se lo piense antes de caer en la tentación de corromperse".

Chivite, la portavoz del PSOE en el Senado, le pidió explicaciones sobre "la financiación en B de su partido", y sobre "cuántos altos dirigentes" del PP "van a volver a desfilar por la Justicia teniendo cuentas en Suiza".

En su respuesta, Rajoy declaró que no iba a hablar "de las investigaciones judiciales en el Tribunal Supremo de diputados y senadores" socialistas acusados de corrupción.