Líderes políticos y religiosos alemanes hicieron hoy un llamado conjunto a la tolerancia y la unidad tras los atentados islamistas de la semana pasada en Francia, en un intento de contrarrestar tanto el extremismo religioso como un creciente movimiento islamófobo en Alemania.

La élite política y religiosa germana respondió en bloque a la convocatoria del Consejo Central de los Musulmanes de Alemania para condenar en Berlín los atentados yihadistas de París desde la emblemática Puerta de Brandeburgo, iluminada con los colores de la bandera francesa.

Según cifras facilitadas por la Policía, alrededor de 10.000 ciudadanos se sumaron también a la "vigilia" en el centro administrativo de Berlín.

"Todos somos Alemania", subrayó el presidente alemán, Joachim Guack, encargado de pronunciar el discurso central en la vigilia, a la que asistieron la canciller, Angela Merkel, y los principales representantes de las comunidades musulmana, judía, católica y evangélica del país.

Recordando las palabras que dirigió a la ultraderecha al llegar a la Presidencia de Alemania, Gauck esta vez se dirigió a los terroristas: "No os daremos nuestro miedo. Vuestro odio es nuestro acicate", manifestó, citado por la agencia de noticias EFE.
El presidente defendió la libertad, la democracia, el respeto a la ley y la defensa de la dignidad humana como valores universales, y no sólo occidentales.

Gauck no citó expresamente al movimiento Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida), que cada lunes lidera en la ciudad de Dresde grandes marchas xenófobas y que ayer batió su propio récord al sacar a 25.000 personas a la calle.

Sin embargo, sí mostró su rechazo a "cualquier tipo de demonización y exclusión".

"Nosotros damos la cara", manifestó en alusión a uno de los lemas de la concentración de hoy.

El presidente alemán elogió a los musulmanes que se han distanciado públicamente de quienes cometen actos terroristas en nombre del islam y consideró que su actitud es "un 'sí' patriótico" a la tierra en la que conviven.

Condenó a los más de cinco centenares de ciudadanos que se estima han salido desde Alemania a luchar en las filas del Estado Islámico (EI) en Siria e Irak: "¡Qué abuso, qué perversión de la religión!", manifestó este antiguo pastor protestante.

De ellos se distanció también el presidente del Consejo Central de los Musulmanes, Aiman Mazyek, quien depositó una corona ante la embajada de Francia en recuerdo a las 17 víctimas mortales de los atentados yihadistas de la semana pasada en París.
Los autores de los atentados, lamentó, decían que querían "vengar al profeta", pero lo que hicieron fue "cometer la mayor de las blasfemias".

"Je suis juif, je suis musulman (soy judío, soy musulmán, en francés)" manifestó para condenar a quienes utilizan el islam para justificar sus actos terroristas; "Todos somos Alemania", recalcó parafraseando a Gauck.

El acto comenzó con el recitado de varios suras del Corán sobre el escenario, en el que también tomaron la palabra los representantes del resto de las religiones principales en Alemania para mostrar su condena al terror y su respeto por todas las creencias.

La canciller, acompañada de varios de sus ministros, no intervino en el acto, aunque previamente había elogiado la iniciativa de la comunidad musulmana y reiterado su condena a cualquier muestra de xenofobia ante la llegada de inmigrantes y refugiados al país.

Tras los atentados de París, el vicecanciller y líder del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), Sigmar Gabriel, había dirigido una carta abierta dirigida a los partidos, comunidades religiosas, patronal, sindicatos y agentes sociales para celebrar una gran manifestación contra el terrorismo y en favor de una "convivencia pacífica y democrática en Alemania y Europa".

Su llamamiento suscitó desavenencias y finalmente Merkel y su vicecanciller se pusieron de acuerdo para sumarse a la manifestación del Consejo Central de los Musulmanes, que no resultó tan multitudinaria como muchos esperaban.