La reunión de los familiares con Peña Nieto, en la residencia presidencial Los Pinos, en el Distrito Federal, comenzó a las 14 y pasadas las 18.30 (las 21.30 en la Argentina) aún no se había informado su conclusión.

De hecho, se había aplazado al menos por una hora y media una conferencia de prensa que los padres tenían previsto dar tras el encuentro con el jefe del Estado, anunciada en principio para las 17.

Del encuentro, de carácter privado, participaba más de un centenar de personas, pues a los padres de los alumnos desaparecidos se sumaban familiares de otros tres estudiantes muertos en el mismo incidente, así como abogados y representantes de organizaciones civiles de Guerrero.

También estaban presentes el secretario de Gobernación (ministro del interior), Miguel Osorio; el comisionado nacional de Seguridad Pública, Monte Alejandro Rubido, y el procurador (fiscal) general de la República, Jesús Murillo.

El abogado Vidulfo Rosales, del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan y quien participaba de la reunión, anticipó que los familiares reclamarían al mandatario que se busque a los jóvenes vivos y no sólo muertos.

Asimismo, señaló que transmitirían su indignación por la falta de resultados de la búsqueda y rechazarían la criminalización de los estudiantes, esbozada por algunos funcionarios.

Rosales subrayó que orientar la búsqueda de los estudiantes desaparecidos sólo hacia fosas clandestinas “es un distractor”.

El abogado dijo que los familiares -que llegaron a Los Pinos en tres ómnibus, rodeados de fuerte custodia policial- aspiraban a que Peña Nieto pudiera “escuchar la inconformidad, enojo e indignación por la falta de resultados sobre el paradero de sus hijos”.

Los 43 estudiantes están desaparecidos desde la noche del 26 de septiembre pasado, cuando policías municipales y miembros del cartel Guerreros Unidos atacaron a balazos en Iguala a un grupo de alumnos de la escuela normal de Ayotzinapa y a otro de un equipo juvenil de fútbol, dejando además seis muertos y 25 heridos.

El hecho causó gran conmoción en México -incluso también en el exterior-, donde a diario vienen registrándose grandes manifestaciones de protesta.

Hoy, alumnos y docentes de distintas universidades y escuelas normales realizaron una nueva jornada de protesta en varios estados, que incluyó la toma de peajes en varias de las autopistas que conducen a la Ciudad de México.

Paralelamente, militantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (Ceteg) intentaron invadir la residencia del gobernador del estado en Chilpancingo, la capital guerrerense, y lograron derribar una puerta de acceso con una camioneta incendiada.

Los manifestantes, entre quienes también había egresados de las nueve escuelas normales del estado, intercambiaron piedras con personal de la residencia.

A la vez, otros miembros de la Ceteg, junto a pobladores de Xaltianguis, volvieron a bloquear la Autopista del Sol, que une el distrito federal de México con Acapulco, en Guerrero.

Por otra parte, el cabildo de Iguala tomó juramento a Luis Mazón como alcalde suplente, pero la designación no fue avalada por la legislatura de Guerrero, por lo que seguía al frente del municipio el alcalde interino Oscar Chávez.

Chávez asumió hace 29 días, luego de que el alcalde José Luis Abarca, uno de los principales acusados por el ataque a los estudiantes y a los futbolistas juveniles, abandonara el cargo y se convirtiera en prófugo, condición que mantenía todavía hoy.

Mientras tanto, continuó hoy la búsqueda de los alumnos desaparecidos en Cocula, a unos 30 kilómetros de Iguala, luego de que dos de cuatro personas detenidas este lunes confesaran haber participado del hecho y dieran el dato de un basural donde podrían estar los restos de los jóvenes.

Tras agotar ayer la búsqueda en ese basural, donde se reportó el hallazgo de algunos cadáveres, tropas de la Policía Federal, asistidas por un equipo de buzos, inspeccionaron el río Cocula, que se encuentra a unos 500 metros del municipio homónimo, y más tarde rastrillaron la ciudad.

“Vamos a seguir buscando gente con vida”, aseguró el comisario Manelich Castilla.