En Nueva York, por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió del peligro de que la declaración de 4.000 metros cuadrados de Cisjordania como área estatal israelí pueda alentar el establecimiento de nuevos asentamientos.

"La comunidad internacional debe hacer responsable a Israel -tan pronto como sea posible-, por sus crímenes y ataques contra nuestro pueblo en Gaza, así como por la actividad de asentamientos israelíes en curso en Cisjordania y Jerusalén Este", dijo Erekat.

El negociador palestino subrayó que la política del primer ministro, Benjamin Netanyahu, de constante expansión de los asentamientos en tierras que los palestinos reclaman para un futuro estado, es considerada ilegal por la Unión Europea y un "obstáculo para la paz" por los Estados Unidos.

En Naciones Unidas, Ban dijo que la decisión israelí podría promover la creación o expansión de las colonias israelíes, complicando aún más la viabilidad de un futuro Estado palestino.

"La toma de esa franja de tierra tan grande representa un riesgo que allana el camino para que haya futuras actividades de asentamientos", afirmó Ban en una declaración distribuida por su oficina de prensa.

La construcción de estos asentamientos en suelo palestino "es ilegal bajo el derecho internacional y está totalmente en contra de la búsqueda de una solución de dos Estados", agregó.

También pidió a Israel que preste atención a los llamamientos de la comunidad internacional para que se abstenga de fomentar nuevos asentamientos "y acate sus compromisos de derecho internacional y de la hoja de ruta" fijada por el Cuarteto de Oriente Medio en 2003.

En tanto, el alto funcionario de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Hanan Ashrawi, señaló que el anuncio israelí de ayer "representa la intención de Israel de acabar con toda presencia palestina en la tierra e imponer deliberadamente una solución de facto de un único estado".

"Hasta donde sabemos, esta declaración no tiene precedentes en su alcance desde la década de 1980 y puede cambiar dramáticamente la realidad en el Gush Etzion y las zonas de Belén," dijo Ashawari, para quien el hecho prueba que Netanyahu "no aspira a una solución diplomática y continúa poniendo obstáculos a la solución de dos estados".

Un informe de prensa distribuido a los medios por la OLP, en tanto, asegura que la decisión israelí "destruye las perspectivas de paz".

Ayer, a menos de una semana de acordar un cese de fuego definitivo en la devastada Franja de Gaza, Israel anunció su polémica decisión, en lo que constituye la mayor apropiación de tierras ocupadas en Cisjodania en 30 años.

La medida se tomó luego que el Ejército israelí, que funciona como autoridad ocupante en Cisjordania, determinó que no existen reclamos palestinos para estas 400 hectáreas (cuatro kilómetros cuadrados de territorio), ubicadas entre las ciudad de Belén y Hebron, dentro de lo que la ONU y la mayoría de los países del mundo reconocen como parte del futuro Estado palestino.

Radio Israel informó que la decisión de declarar esas tierras como tierras fiscales fue en represalia por el asesinato de tres jóvenes estudiantes religiosos judíos cerca de esa misma región en junio pasado, crimen que fungió como preludio a la ofensiva contra Gaza, que dejó más de 2.140 muertos y unos 11.000 heridos, la mayoría civiles.

Según las leyes israelíes, Tel Aviv debe esperar 45 días para permitir posibles reclamos antes de asumir formalmente el control de esas tierras. En este caso, se trata de tierras ocupadas hace tiempo y que están en manos israelíes.

Los cuatro kilómetros cuadrados pertenecen a Gvaot, una colonia ubicada en el oeste del bloque de Gush Etzion, que se creó como un asentamiento no reconocido por Tel Aviv pero, como suele suceder con el avance de la ocupación en Cisjordania, rápidamente fue aceptado de hecho y se convirtió en un suburbio de una de las colonias ya establecidas.

Tras la apropiación y la declaración de tierras fiscales anunciadas hoy, Gvaot pasará a tener status legal para el Estado israelí, que de esta manera y pese a los reclamos de la comunidad internacional, sigue impulsando su política colonialista sobre los territorios palestinos.