Héctor Morejón, un joven de 19 años de origen hispano, falleció el pasado fin de semana por los disparos de un agente de Policía de Long Beach, una ciudad del condado de Los Angeles, en el estado norteamericano de California. De acuerdo con las declaraciones del abogado de la víctima el hecho, que ahora sale a la luz y aviva las protestas contra los excesos policiales y evidencia las tensiones raciales en Estados Unidos, ocurrió cuando el policía atendió una llamada por vandalismo y disparó contra el joven al creer que le estaba apuntando con un arma, sin una advertencia verbal previa. 

Cuando el policía se acercó a detener al sospechoso se dio cuenta que no estaba armado. Morejón fue trasladado de inmediato a un hospital cercano, en estado grave, y murió horas después. Por su parte, la madre del joven, Lucía Morejón, pidió al Departamento de Policía de Long Beach que revele el nombre y número de identificación del oficial que disparó. 

Este nuevo caso de gatillo fácil que involucra a la policía de Estados Unidos se suma al del joven afronorteamericano Freddie Gray, en la ciudad de Baltimore, estado de Maryland, que murió a causa de una herida recibida mientras estaba bajo custodia policial y al del adolescente Michael Brown, otro afrodescendiente asesinado de seis disparos cuando se entregaba desarmado y con las manos levantadas a un agente en el estado de Missouri.