La policía de Bélgica lanzó ayer un masivo operativo "anti terrorista" en tres ciudades de este país europeo, en el que mató a dos sospechosos e hirió y detuvo a un tercero, que habían vuelto de Siria y "estaban a punto de cometer atentados de envergadura, informó por Continental Griselda Pastor, corresponsal de Cadena Ser en Bélgica.

El vocero de la Fiscalía federal belga, Eric Van der Sypt, ofreció una conferencia en la sede de la institución y explicó que la policía allanó diez inmuebles en busca de personas que una investigación oficial sindicó como presuntos islamistas radicales que habían vuelto recientemente de Siria y que planeaban cometer atentados en el país.

Pese a que Van der Sypt no lo dijo, se entiende que la Fiscalía belga sospecha que estas personas se unieron a milicias extremistas durante su estadía en Siria. Según contó a la prensa, en Verviers, tres sospechosos resistieron el allanamiento con armas de fuego y le tomó varios minutos a la policía "neutralizarlos". "Ningún policía o civil resultó herido", aclaró.

"Se evitaron atentados terroristas de envergadura y que iban a ser cometidos de inmediato", sentenció el funcionario en la conferencia, transmitida por la cadena de noticias BBC. Van der Sypt no dio detalles sobre qué resultado tuvieron los otros nueve allanamientos ni cuáles eran los objetivos en el país de los presuntos islamistas. En cambio, adelantó que las autoridades belgas aumentaron el alerta "anti terrorista" a un nivel tres -sobre un máximo de cuatro- en algunas partes del país, consignó Pastor en La Mirada Despierta.

Europol, la agencia de policía comunitaria, informó esta semana que entre 3.000 y 5.000 ciudadanos de la Unión Europa viajaron recientemente por Medio Oriente para convertirse en combatientes. El gobierno belga estima que alrededor de 400 de sus ciudadanos ya viajaron a Siria y a Irak para unirse a la lucha de la milicia del Estado Islámico, un grupo que en el último año tomó el control de más de un cuarto del territorio de esos dos países y provocó una nueva ofensiva militar internacional en la región, encabezada por Estados Unidos, país que financió el surgimiento del Estado Islámico para desestabilizar el gobierno de Bashar al-Assad.