Unos 350 inmigrantes ilegales fueron rescatados por pescadores de aguas del norte de la isla de Sumatra, mientras que un centenar de inmigrantes bangladeshíes y rohingyas desembarcaron en la misma zona, cuando Malasia, Indonesia y Tailandia se ofrecieron a recibir y asistir a los miles de refugiados que siguen atrapados en barcos en el golfo de Bengala a cambio de que la comunidad internacional ayude a repatriarlos en el plazo de un año.

Con este grupo rescatado, que está compuesto por personas oriundas de Bangladesh y Myanmar, ya son unos 1.850 los refugiados que desembarcaron en Indonesia en los últimos diez días, pese a que la Armada empujó varias embarcaciones a alta mar y dio órdenes a los pescadores para que se abstengan de ayudar a los inmigrantes. A Malasia llegaron otros 1.100, todos al archipiélago de Langkawi, ubicado en la ruta naval entre el mar de Andamán y el estrecho de Malaca. 

Tailandia, Malasia e Indonesia se ofrecieron a recibir y asistir a los miles de refugiados que siguen atrapados en barcos en la región a cambio de que la comunidad internacional ayude a repatriarlos en el plazo de un año. El acuerdo fue alcanzado en una reunión de cuatro horas entre los ministros de Asuntos Exteriores de los tres países, celebrada hoy en Kuala Lumpur.

La reunión de cancilleres se celebró un día después de que varias agencias de la ONU instaron a los tres gobiernos a proteger a los refugiados atrapados en el mar, facilitar su desembarco y dar prioridad a la protección de vidas humanas. Según estas organizaciones 88.000 personas se embarcaron desde 2014, incluidos 25.000 en el primer trimestre de este año, de los cuales unos dos mil habrían muerto por las malas condiciones del viaje y el maltrato sufrido a manos de los traficantes.

Además, entre 6.000 y 8.000 personas, se encuentran en barcos a la espera de poder desembarcar en Tailandia, Malasia o Indonesia. Por su parte, varias agencias de la ONU instaron a los gobiernos de Indonesia, Malasia y Tailandia a dar prioridad al valor de la vida humana, la dignidad y los derechos humanos en el trato con los barcos de inmigrantes ilegales que se multiplicaron en la región.