Lituania abandona desde este jueves su histórica moneda, llamada lita, para sumarse al euro, convirtiéndose en el miembro número 19 de la eurozona y en el tercero de los países bálticos, tras la incorporación de la moneda en Letonia en 2014 y Estonia, en 2011.
 
El pequeño país báltico es la primera república que se independizó de Rusia en 1990 y pertenece a la Unión Europea desde 2004, tiene unos tres millones de habitantes y con su incorporación, son ya 337 millones de europeos los que comparten la moneda común.
 
Lituania consigue incorporarse a la moneda única en un segundo intento, luego de que en 2006 la Comisión Europea rechazó su ingreso por superar el 3% de inflación.
Ahora, el país cumple con los criterios demandados por Maastricht para incorporarse a la unión monetaria: su inflación media interanual es del 0,6% (muy por debajo del 2% exigido), su déficit público se situó en un 2,1% del PIB en 2013 (el límite es del 3%), la deuda pública terminó 2012 en un 39,4% (muy lejos del 60%).
 
La Comisión Europea estima que Lituania cerró 2014 con un avance del PIB del 2,7% y que este año crecerá un 3,1% para acelerar hasta un 2,4% en 2016, contexto en el que la demanda interna sostendrá el crecimiento ya que se espera que la crisis con Rusia frene las exportaciones lituanas y la inversión.
 
A pesar de los indicadores económicos favorables, el 48% de los lituanos cree que el euro tendrá consecuencias negativas para su país, según el Eurobarómetro de septiembre, frente al 44% que consideran que será positivo.
 
La lita -moneda que lleva dos años dentro de la referencia de tipos de cambio del sistema monetario europeo- no desaparecerá de inmediato, sino que mantendrá curso legal hasta el 16 de enero, por lo que se podrá pagar con ambas monedas en las próximas semanas, aunque el vuelto se entregará por lo general en euros.
 
A lo largo del año se acuñarán 370 millones de monedas de euro con el guerrero lituano Vytis luciendo su armadura a caballo por un lado y 132 millones de billetes de distintas denominaciones de euro para reemplazar las litas.
 
"El euro será una garantía para nuestra seguridad económica y política", dijo el primer ministro, Algirdas Butkevicius, antes de que pasada la medianoche retirara el primer billete en euros de un cajero automático de Vilna.
 
Por su parte, el ministro de Finanzas, Rimantas Sadzius, habló de un "momento histórico" para Lituania, un paso adelante que permitirá alcanzar a la ex república soviética un nuevo nivel de desarrollo.
 
El ex primer ministro letón y responsable del euro en la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, dijo en Bruselas que se trata de un momento "simbólico" no sólo para Lituania sino para toda la eurozona, que se mantiene "estable, atractiva y abierta a nuevos miembros".
 
Tras un duro programa de austeridad, Lituania cumplió sin problemas todos los criterios para sumarse al euro y completa la adhesión de otros países bálticos, tras la entrada de Letonia (2014) y Estonia (2011).
 
El comisario europeo de Salud, Vytenis Andriukaitis, manifestó en Vilna su deseo de que tanto Polonia como la República Checa sigan el ejemplo lituano y se sumen a la familia del euro.
 
Según las últimas encuestas, los lituanos aprueban mayoritariamente la introducción del euro y ante el comportamiento ruso en la crisis ucraniana, muchos consideran el euro como un elemento más de su vinculación con Occidente.
 
No obstante, también temen un aumento de la inflación y lamentan la pérdida de la lita, símbolo de su independencia de la antigua Unión Soviética en 1991.