Los líderes de las potencias del G20 acordaron reforzar las medidas contra "los combatientes terroristas extranjeros", después de los atentados de París que causaron al menos 132 muertos, al señalar que la lucha contra el terrorismo “es una prioridad”. Asimismo, el G20 pide redoblar los esfuerzos para secar "los canales de financiación del terrorismo” por medio de una mayor cooperación internacional e intercambio de información de inteligencia que lleve a congelar sus fondos.

Para esto, pide al Grupo de Acción Financiera (Gafi) -el organismo intergubernamental encargado de la lucha contra el blanqueo de capitales- que identifique nuevas medidas concretas "para fortalecer la lucha contra la financiación del terrorismo y sanciones financieras específicas". Además solicita acelerar la aplicación de las recomendaciones y buenas prácticas del Grupo de Acción Financiera para ahogar las fuentes financieras del terrorismo.

Las medidas contra el blanqueo es un elemento fundamental para asfixiar económicamente al Estado Islámico, ya que parte de sus fondos proceden de la explotación de pozos de petróleo en Siria. La revista económica Forbes lo situó como la organización extremista más rica del mundo, con un volumen de ingresos de dos mil millones de dólares al año.

"Estamos decididos a hacer frente a esta amenaza mediante la mejora de nuestra cooperación y el desarrollo de medidas pertinentes para prevenir y combatir este fenómeno, incluyendo el intercambio de información operativa, la gestión de fronteras para detectar los viajes, las medidas de prevención y respuesta de la justicia penal correspondiente", indicaron a través de un comunicado los líderes mundiales.