El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, descartó de plano que Moscú forme parte de una coalición con un mando conjunto, con Estados Unidos y las fuerzas que luchan en tierra contra los yihadistas en Siria, pero insistió en que las acciones militares deben ser coordinadas. "No es realista tener un mando conjunto, pero las acciones sobre el terreno deben coordinarse, al igual que los ataques aéreos", subrayó Lavrov en el ámbito de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).

El tema fue uno de los expuestos por el presidente ruso, Vladi­mir Putin, a su colega estadounidense, Barack Obama, en la reunión que mantuvieron ambos tras sus esperadas intervenciones ante la Asamblea de la organización internacional. "La coalición (liderada por Washington) actúa sólo con ataques desde el aire, mientras que en tierra son los ejércitos de Siria e Irak y grupos kurdos los que combaten contra el Estado Islámico (EI), Al Nusra y otros", argumentó además Lavrov.

La postura de Moscú, subrayó, es que "no podemos permitir la desintegración de Siria, porque la alternativa podrí­an ser el EI y el Califato, y nos tendremos que olvidar de Siria tal y como la conocemos ahora". Rusia, que ayer a través de Putin reiteró el incondicional apoyo de Moscú al gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad, siempre criticó los ataques aéreos contra las posiciones del EI, sin autorización de Damasco, de Estados Unidos y -desde este fin de semana- también de Francia.

En opinión del canciller ruso el centro de intercambio de información abierto en Bagdad por Irak, Rusia, Siria e Irán puede ayudar en esa coordinación entre todos los paí­ses que combaten a los yihadistas. Sin embargo, Estados Unidos rechazó participar en el nuevo centro de Bagdad, indicó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.