América Latina y el Caribe tiene el índice más alto de desarrollo humano (IDH) en comparación con otras regiones, medida compuesta de la longevidad, nivel de vida y la educación, aunque el progreso se frenó en los últimos cinco años y las “vulnerabilidades amenazan con revertir los logros alcanzados”, según un informe del PNUD conocido hoy.

El documento "Sostener el Progreso Humano: Reducir vulnerabilidades y construir resiliencia", destaca que a pesar de registrar la mayor caída en la desigualdad, la región sigue siendo la más desigual del mundo en términos de ingresos, mientras que la inseguridad "sigue siendo alarmante".

“Estos desafíos clave se deben abordar para mejorar la vida de las personas en la región", dice el informe del del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que muestra que la tasa de crecimiento anual promedio en el IDH de la región se redujo casi a la mitad en los últimos cinco años en comparación con el crecimiento entre 1990 y 2000.

Parte de la desaceleración del IDH es atribuida a la crisis financiera y económica mundial. En esa línea, el organismo de la ONU propone que para aumentar la resistencia y reducir la exposición de la región a futuros contagios financieros se cree un Fondo Monetario Latinoamericano.

El informe también recomienda la prestación universal de servicios sociales básicos, políticas más fuertes de protección social y el pleno empleo como medios para promover y asegurar el avance en desarrollo humano y al mismo tiempo lograr la reducción de las vulnerabilidades, sobre todo de los grupos más desfavorecidos, como los niños, ancianos y jóvenes que ingresan al mercado laboral.

El documento revela que hay más de 45 millones de personas vulnerables en América Latina y el Caribe, a los que el impacto de una crisis financiera los podría en riesgo de caer en pobreza multidimensional.

"Impulsar la capacidad de recuperación ahora es crucial para asegurar las ganancias logradas en la región", dijo Jessica Faieta, Subsecretaria General de las Naciones Unidas y Directora del PNUD para América Latina y el Caribe.

Este año, Chile, Cuba y Argentina se encuentran en el grupo de Desarrollo Humano muy alto, con la mayoría de los 33 países de la región agrupados entre los de desarrollo humano alto o medio. Sólo uno, Haití, permanece en el grupo de desarrollo humano bajo.

Mientras que la desigualdad de ingresos aumentó en varias regiones del mundo, en América Latina y el Caribe disminuyó “debido a la expansión de la educación y las transferencias públicas a los pobres”, dice el informe. En la región también se fue cerrando la brecha en las desigualdades en salud.

"La desigualdad importa no sólo para los que están en el extremo más pobre sino para la sociedad en su conjunto, ya que amenaza la cohesión social y dificulta la movilidad social, lo que alimenta las tensiones sociales y pueden conducir a disturbios civiles y a la inestabilidad política", agrega el documento.

En esa línea, el director de la Oficina del Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD, Khalid Malik, remarcó que los extremos de la desigualdad económica “conducen a la desigualdad en política, que resulta en gobiernos que son menos propensos a ofrecer sistemas de protección social que puedan salvaguardar a los más pobres cuando se presenta una crisis".

El informe también hace hincapié en la inseguridad como un desafío clave en la región, que registra las mayores tasas (70 por cada 100.000) de homicidios de jóvenes, especialmente varones.

Entre los grupos más vulnerables, el informe resalta que los pueblos indígenas están "particularmente expuestos", ya que tienden a tener menor nivel de instrucción, acceso desigual a la tierra y menos oportunidades.

Los trabajadores –en su mayoría informales, en zonas urbanas y con medios de vida precarios también son “altamente vulnerables”, dice el informe, reiterando el llamado a la protección social.

El IDH de este año refleja una importante revisión de los datos de población de las Naciones Unidas y factores de conversión de paridad de poder adquisitivo (PPA), que han impactado las cifras sobre la esperanza de vida de los países y su poder adquisitivo.

En su conjunto, América Latina y el Caribe supera a todas las regiones en desarrollo en todos los componentes del IDH a excepción de la media de años de escolaridad.

La esperanza media de vida al nacer es de 74,9 años en la región (frente a 74,2 en 2010), más de cuatro años por encima de la media mundial, y su ingreso nacional bruto per cápita promedio es superior al promedio mundial, con 12.926 dólares PPA en 2010, frente a 13,767 dólares PPA en 2013. El promedio de años de estudio (7.9) de la región se mantuvo inalterado entre 2010-2013.

La región ocupa el primer lugar entre las regiones en desarrollo en el nuevo Índice de Desarrollo de Género, según el cual el valor del IDH para las mujeres es más bajo con respecto al IDH de los hombres (un equivalente al 96,3 % de este último).

Sin embargo, Argentina, Barbados y Uruguay se encuentran entre los 16 países en el mundo en el que los valores del IDH para las mujeres son iguales o superiores a los de los hombres.

El Índice de Desarrollo Humano (IDH) se introdujo en el primer Informe sobre Desarrollo Humano en 1990. El IDH del Informe de 2014 abarca 187 países.