Los negociadores de las FARC llamaron hoy a poner fin al paramilitarismo y a desclasificar y conservar todos los archivos sobre sus máximos responsables, como paso necesario para avanzar en la paz que negocian con el gobierno de Colombia en La Habana, y volvieron a negar cualquier vínculo con esos grupos de autodefensa.

El número dos de la organización guerrillera y su jefe negociador, Luciano Marín, alias Iván Márquez, aseveró que "sin el fin del paramilitarismo y sin el esclarecimiento de su origen y sus responsables" el término del conflicto armado "sería incierto".

El tema de las estructuras paramilitares centró así el discurso insurgente en el inicio, esta mañana, del ciclo 29 de los diálogos con el gobierno colombiano, cuyo equipo de paz, liderado por el ex vicepresidente Humberto de la Calle, no realizó declaraciones a los medios a su llegada a la sede de las conversaciones en el Palacio de Convenciones de La Habana.

Márquez leyó un comunicado en el que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) pidieron el "esclarecimiento de la verdad" y solucionar el "problema nodal" del "surgimiento, permanencia y accionar" de los paramilitares.

Como parte de ese proceso, indicaron que "es necesario abrir todos los archivos; que se desclasifiquen y se levanten las prohibiciones legales encubridoras de máximos responsables, que se impida la destrucción de archivos que ha venido ocurriendo".

"Que los fiscales expliquen al país por qué las graves denuncias de los jefes paramilitares han sido arrojadas a los basurales de la indiferencia y del olvido calculado, que entreguen una explicación coherente al país sobre por qué han dejado perder horas y horas de grabaciones en las que éstos develan a los verdaderos autores detrás del autor", añadieron.

Las FARC abordaron el asunto del paramilitarismo a pocos días de que en el Senado colombiano tuviera lugar un debate sobre los presuntos vínculos del ex presidente y senador Álvaro Uribe con paramilitares y narcotraficantes, y de que autoridades militares acusaran a la organización guerrillera de realizar un ataque junto a un grupo paramilitar.

En concreto, la Policía colombiana acusó la semana pasada a las FARC de operar en alianza con la banda criminal Clan Úsuga (ex Los Urabeños) en una emboscada en el municipio Tierradentro, del departamento Córdoba, que se cobró la vida de siete policías y causó otros cinco heridos.

Márquez tildó hoy de mentiroso al general de la Policía Rodolfo Palomino por esparcir esa noticia, y dijo que el Ministerio de Defensa y la policía colombiana "victimizan" la verdad.

"Déjennos avanzar en paz en la construcción del acuerdo de paz, dejen la perfidia de cercar con sospechas a la parte contendiente en diálogo generando desconfianza", exigió el jefe guerrillero, al considerar que esas "mentiras y versiones fraudulentas" dañan el proceso.

Sin embargo, el fiscal general de Colombia, Eduardo Montealegre, insistió hoy en que si el vínculo entre la guerrilla y los paramilitares fuera cierto, "pondría en peligro" el proceso de paz.

"Si es verdad ese tipo de unión que desmienten las FARC entre bacrim (bandas criminales) y bases de la insurgencia, sería una bomba detonante del proceso de paz, pondría en riesgo el proceso de paz", aseveró el fiscal en entrevista emitida hoy por RCN Televisión.

Las delegaciones de paz del gobierno y de las FARC iniciaron hoy una nueva ronda de la negociación que sostienen desde noviembre de 2012 para lograr el fin de un conflicto armado que ya lleva más de 50 años.
Actualmente, la negociación se centra en el tema de las víctimas.