Ante una multitud que se había agolpado desde temprano en la calle 18 de julio de la localidad de San Carlos (departamento de Maldonado), Lacalle desarrolló sus principales ideas en torno de la libertad, la educación, la seguridad y la bonanza económica que lleva como banderas para la segunda vuelta, en la que enfrentará al candidato del oficialismo y favorito en las encuestas, Tabaré Vázquez.

El diputado de 41 años que obtuvo el 30.9% en la primera vuelta del 26 de octubre, habló de incluir a los adolescentes que no tienen contención familiar para no lamentar desgracias después, y dijo que su "mayor desvelo" era lograr una "educación pública de calidad".

El hijo del ex presidente Luis Alberto Lacalle (1990-1995), precisó que si no le toca ser "el elegido", "el abordaje" de esos temas será igual "de ambos lados del mostrador", y explicó que "sobran ejemplos de gobernantes que han actuado así".

Dijo que no está dispuesto a aceptar que por ser minoría, no tenga "derecho a la verdad y a la razón", y exclamó que si es presidente, el suyo será un gobierno de "diálogo con todos".

"No me darían los días de la vida para agradecerles a cada uno de ustedes", confesó luego, antes de comparar el momento con el atardecer que se veía en el horizonte, porque "el atardecer trae aparejado un final".

Dijo que estos casi dos años de campaña fueron un "ejercicio humano" de aprendizajes y de "vínculos, más que cuantitativos, de calidad" y un tiempo "de preparación, en aciertos y errores".

"Lo importante es aprender. Siento una enorme serenidad y una alegría mucho más grande que yo", aseguró frente miles de simpatizantes nacionalistas que le dieron color a la jornada.

Dijo que la unión con su compañero de fórmula Jorge Larrañaga y el apoyo formal del Partido Colorado tras la primera vuelta fueron dos "hitos" de la campaña, y destacó que con el senador de Paysandú van a "tener que estar siempre así, por el bien del país".

Terminó hablando de su "ilusión", y confesó que sigue soñando con el 1° de marzo de 2020, el último día del próximo gobierno.

A su turno, Larrañaga había expresado que "gane quien gane, nadie podrá arrogarse gobernar sin la mitad de los uruguayos" y aseguró que sus "esfuerzos" en los próximos cinco años estarán dirigidos a las "banderas" que levantaron durante la campaña.

El candidato a vicepresidente exclamó una vez más que "lo imposible es rendirse", y terminó diciendo que todo su mensaje se "trasunta" en una sola palabra: "Volveremos".