La resolución, aprobada por consenso en una reunión de emergencia, condenó "en los términos más contundentes las violaciones sistemáticas de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario como resultado de los actos terroristas del EI y otros grupos asociados a él".

La alta comisionada adjunta para los Derechos Humanos, Flavia Pansieri, denunció durante la sesión que los actos de ese grupo pueden considerarse crímenes contra la humanidad.

Hizo también referencia explícita a los bombardeos indiscriminados de zonas civiles por parte de las fuerzas de seguridad iraquíes, lo que puede constituir crímenes de guerra.

Sin embargo, conforme a la decisión del Consejo, la misión investigadora centrará su trabajo en los hechos ocurridos desde el 10 de junio y en los que se atribuye la responsabilidad al EI.

Fue a partir de esa fecha cuando los insurgentes lanzaron una gran ofensiva armada sobre Mosul (la segunda ciudad en importancia de Irak), atentando contra objetivos gubernamentales y militares y provocando miles de víctimas entre los civiles.

El EI efectuó rápidas conquistas en junio y declaró un califato islámico en los territorios de Siria e Irak bajo su control.

Sólo este año la violencia armada ha provocado el desplazamiento forzado de 1,5 millones de personas en Irak, de las que 850.000 huyeron el pasado agosto, según datos de los organismos especializados de la ONU.