Un informe publicado en Viena señala que el OIEA "no está en posición de dar garantías creíbles sobre la ausencia de material y actividades nucleares no declaradas y, por tanto, de concluir que todo el material nuclear en Irán es para actividades pacíficas".

Según el texto, el Gobierno de Teherán no facilitó ninguna explicación que permita clarificar los asuntos pendientes, especialmente aquellos relacionados con estudios sobre el uso de explosivos de alta potencia aplicados a un arma atómica, y algunas otras cuestiones.

En noviembre de 2013, el OIEA y Teherán acordaron un plan de trabajo cuyo objetivo era resolver de forma escalonada las dudas que en varias capitales -particularmente Washington y tel Aviv- desata el declarado fin pacífico del plan nuclear de la República Islámica.

Si bien el OIEA reconoce que este plan de trabajo sirvió para resolver muchas incógnitas sobre dicho programa, fuentes diplomáticas que siguen de cerca la investigación reconocieron que hay pocos avances en aclarar las dudas relacionadas con esa posible dimensión militar.

El OIEA asegura que dispone de información creíble sobre que Irán desarrolló actividades vinculadas con el desarrollo de una bomba atómica, mientras que Irán arguye que son "meras alegaciones que no merecen consideración".

En el pasado, responsables iraníes aseguraron que los explosivos de alta potencia que investigaba el OIEA, necesarios para una detonación nuclear, eran un material de uso frecuente en la industria petrolífera del país.

La agencia de la ONU que vela por el uso pacífico de la energía atómica requiere de Irán que coopere plenamente en todos los asuntos pendientes, "particularmente en aquellos que levantan preocupación sobre la posible dimensión militar del programa nuclear iraní".

Se trata de una cooperación que el OIEA define como "esencial y urgente" y cuyo objetivo sería "restaurar la confianza internacional en la naturaleza exclusivamente pacífica del programa nuclear iraní".

El OIEA sí reconoce en este informe que Irán está cumpliendo su compromiso de no producir uranio enriquecido con una pureza superior al 5% y que ha seguido eliminando sus reservas de este combustible al 20 %, una concentración desde la que es más fácil el salto técnico para fabricar una bomba atómica.

El informe también explica que el director del OIEA, Yukiya Amano, se reunió el pasado día 7 con el canciller iraní, Mohammed Yavad Zarif, y que ambos insistieron en la importancia de mantener abierto el diálogo.

El Organismo informó que ha seguido inspeccionando distintas instalaciones nucleares, aunque Irán sigue negando el acceso a Parchin, una base militar donde algunos servicios de inteligencia sospechan que se realizaron experimentos relacionados con la construcción de armas nucleares.

Se espera que en los próximos días Irán y las grandes potencias se reúnan en Ginebra para continuar la negociación iniciada en noviembre de 2013 para cerrar un acuerdo que permita certificar que Teherán no busca desarrollar un arma nuclear.