Jordania ejecutó hoy a dos jihadistas iraquíes en respuesta al asesinato del piloto jordano, Muath al-Kasaesbeh, quemado vivo en una jaula por el grupo Estado Islámico (EI), según indicó el vocero gubernamental Mohammad Momani. Al amanecer, la encarcelada miliciana iraquí Sajida al-Rishawi, cuya liberación había sido exigida por EI, fue ejecutada junto a otro prisionero importante de Al-Qaeda, Ziyad Karboli, condenado a muerte por conspirar para llevar a cabo ataques contra el reino pro-occidental en la última década.

Jordania, que ha incrementado los ataques aéreos en Siria como parte de la alianza liderada por Estados Unidos contra los insurgentes del Estado Islámico, había dicho que entregaría una respuesta "fuerte, trascendental y decisiva" al asesinato del piloto Muath al-Kasaesbeh. La muerte de Kasaesbeh, miembro de una importante tribu que forma la columna vertebral de apoyo de la monarquía hachemita, mantuvo en vilo al país y provocó inusuales protestas contra el rey Abdullah por el manejo de la crisis.

A pesar de que Jordania exhibió durante el fin de semana su determinación a "hacer todo lo posible" para salvar la vida del piloto, medios oficiales señalaron ayer que Al-Kasasbeh fue ejecutado hace varias semanas, el 3 de enero. Ya lo había alertado un activista desde Raqqa, la capital del "califato", en un mensaje de Twitter. Pero sólo ayer las imágenes sepultaron, junto con el cuerpo del soldado bajo los escombros, las últimas esperanzas de verlo de regreso a los brazos de su familia.

Por Continental, el analista internacional Pedro Briege señaló que los yihadistas del EI "logran el efecto que buscan, matando al piloto de una manera que causa sensación, como ocurrió con las decapitaciones. Esto recorre el mundo. La diferencia que tiene hoy respecto de las últimas décadas es la instantaneidad, que hace que el efecto mediático es mucho más fuerte", consideró en La Mañana.