El fundador del Frente Nacional (FN) francés, el fascista Jean-Marie Le Pen, fustigó la decisión del partido de suspenderlo y disparó contra su hija, actual líder de la fuerza, diciendo que espera que pierda las elecciones de 2017. El anciano dirigente, de 86 años, fue suspendido ayer por comentarios en los que calificó de trivialidad las cámaras de gas usadas por los nazis para matar judíos, y el FN votará además en tres meses si le retira el título de presidente honorario.

La decisión escaló aún más una áspera disputa que mantiene con su hija, Marine Le Pen, quien desde hace tiempo intenta distanciar al partido de su imagen racista y antisemita para reforzar sus chances de llegar a la Presidencia. Doce horas después de la resolución del comité ejecutivo del partido, Jean-Marie Le Pen dijo a la radio Europe 1 que se sentía "avergonzado de que la presidenta del Frente Nacional lleve mi nombre".

Anoche, en declaraciones a otro medio, el dirigente había insinuado que su hija se había casado para cambiar su apellido.
En sus comentarios de hoy, el fundador del FN acusó a su hija de "traición" y dijo que su suspensión fue un "acto criminal". Además, prometió "desconocer" a su hija y le ordenó "renunciar a su nombre. Si tales principios morales fueran a gobernar el Estado francés, sería escandaloso", señaló.

Consultado si quería que su hija gane las elecciones de 2017, Le Pen respondió tajante: "Por el momento, no". Agregó que su hija era "un poco peor" que los partidos tradicionales con representación parlamentaria "porque un adversario te pelea de frente, aquí te está apuñalando por la espalda". Le Pen ayudó a fundar el FN en 1972 y lo convirtió en un partido político temido. Con Marine Le Pen como líder, la agrupación tuvo una serie de éxitos electorales, de los cuales el más importante fue su primer puesto en las elecciones para el Parlamento europeo del año pasado.