Faltan horas para las elecciones más reñidas de los últimos años en Israel. Aparece amenazada la continuidad de la coalición de derecha que encabeza Benjamin Netanyahu. Por Continental, Eduardo Perel, argentino radicado en el norte de Israel, ratificó que “están dadas todas las condiciones para que gane el centroizquierda. Habrá que ver después en las coaliciones cómo se arman las cosas. Hubo un efecto boomerang con el discurso de Netanyahu en el Congreso de los Estados Unidos, que no tuvo el efecto interno que se había propuesto él. Además la primera vez en las encuestas que el tema económico le preocupa más a la gente que el tema de seguridad: el 72% lo considera la prioridad”, resumió Perel en La Mañana.
 
El premier Netanyahu, líder del Likud, mantiene su discurso agresivo contra Irán y su política de depredación contra los asentamientos palestinos en la Franja de Gaza. Su triunfo en las elecciones de mayo de 1996 supuso una inmediata detención de todo el proceso de negociación y de paz comenzado en 1993, tras el asesinato del histórico Yitzak Rabin.
 
Se enfrenta a la postura conciliadora de los laboristas de Isaac Herzog y la ex ministra Tzipi Livni, de centro, que proponen retomar la negociación con las autoridades palestinas. Tras asumir 2013 la dirección de un partido devaluado por aguadas alianzas con gobiernos de derecha, Herzog se convirtió en la mayor esperanza opositora para desbancar casi dos décadas de predominio de la derecha.

Finalmente, Livni es una ex ministra en varias carteras desde los tiempos de Ariel Sharon, que renunció en los últimos meses al Ministerio de Justicia tras intentar torcer “desde adentro” las políticas agresivas de Netanyahu. De 57 años, Livni encabezó las últimas negociaciones con los palestinos en 2013 y defiende que la separación de los dos pueblos en dos estados es la única manera de que Israel pueda “sobrevivir como estado judío y democrático”.