El primer ministro indio, Manmohan Singh, pidió “paz y calma” a todos los ciudadanos, después de los graves incidentes que se registraron en Nueva Delhi durante el fin de semana en protestas por la violación de una joven.

“Es genuina y justificada la rabia y la angustia mostrada (por los ciudadanos) contra la violación”, pero “la violencia” no ayudará a solucionar nada, afirmó Singh en un comunicado.

“Me siento muy triste por los choques registrados entre la policía y los manifestantes, y espero que todos los ciudadanos mantengan la paz y la calma”, señaló el primer ministro, quien añadió que, como padre de tres hijas, se siente tan preocupado como ellos.

Miles de manifestantes se congregaron durante el pasado fin de semana en torno al palacio presidencial de Rashtrapati Bhavan y la plaza de la Puerta de la India, en el centro de la capital india, donde se registraron choques violentos entre la policía y los indignados.

En los altercados de la Puerta de la India 143 personas resultaron heridas, incluidos 78 policías, afirmaron fuentes policiales.

Hoy, las fuerzas de seguridad cerraron todos los accesos a esos lugares, incluidas diez estaciones de metro, por lo que, según IANS, la protesta más importante se produjo en el “manifestódromo” delhí de Jantar Mantar, con unos 600 asistentes.

Desde el martes pasado se han sucedido las muestras de indignación popular en Nueva Delhi por el asalto sexual a una joven de 23 años llevado a cabo por seis hombres en un autobús cuando regresaba a su casa con un amigo tras acudir al cine el pasado 16 de diciembre.

La pareja fue golpeada y luego arrojada a la carretera desde el vehículo en marcha y aunque los dos tuvieron que ser hospitalizados, sólo ella continúa ingresada en situación grave al tener que someterse a operaciones quirúrgicas, según fuentes hospitalarias.

Los seis implicados en la violación, incluido el conductor del autobús, han sido detenidos.

El ministerio indio de Interior anunció hoy en un comunicado que el Gobierno ha decidido constituir un comité de juristas para “enmendar” la ley criminal, con la intención de que los implicados en crímenes sexuales reciban “un juicio rápido con penas más duras”.