Hungría canceló hoy los servicios ferroviarios desde y hacia la principal estación de Budapest y echó de las explanadas a cientos de migrantes o refugiados que intentaban abordar trenes con destino a Austria y Alemania, el ansiado destino de su largo viaje para escapar de la guerra o la pobreza en Medio Oriente, Asia o África. Al grito de "¡Libertad!, ¡Libertad!", los refugiados se juntaron afuera de la estación tras haber sido desalojados por la fuerza en un operativo que duró una hora, y en lugar se les sumaron varios cientos de migrantes más en lo que se ha tornado una zona de tránsito y lugar de refugio para los solicitantes de asilo.

Al cabo de una hora de cierre, la estación de Keleti fue reabierta por las autoridades, pero la policía seguía impidiendo el acceso a los refugiados. En declaraciones a la televisión pública M1, Viktor Vaczi, portavoz de la compañía estatal de trenes húngara MÁV, anunció la reapertura de la estación y confirmó que, tras el cierre temporal, se esperaban importantes retrasos hasta entrada la noche.

El operativo de evacuación previo fue lanzado por la policía luego de que se anunciara por los altoparlantes la suspensión de las partidas y arribos de trenes por tiempo indefinido. Cientos de pasajeros con sus boletos y documentos de viaje permanecieron dentro de la estación, muchos mirando las pizarras que informan los horarios de partida y llegada de los trenes.

Más temprano, se vivieron escenas de caos y se registraron trifulcas cuando cientos de migrantes se abalanzaron sobre un tren que estaba a punto de salir hacia Viena y Munich pero fueron frenados por la policía, que argumentaba que no tenían documentos de viaje válidos. El cierre de la estación pareció motivado en parte por la presión que otros países de la Unión Europea (UE) han ejercido para que se intente frenar el aluvión de migrantes y refugiados que están ingresando por Hungría.