La fiesta nacional mas importante de China que se celebró hoy, dio aun más fuerza a las protestas de Hong Kong que desde el pasado sábado congregan a cientos de miles de personas en los puntos principales de la ciudad para reclamar elecciones democráticas y la renuncia de la máxima autoridad regional. 

En un ambiente tranquilo y sin violencia policial, varias decenas de miles de personas se reunieron en distintos sectores del centro administrativo y financiero de la ciudad, donde ya habían ocupado territorios, pero también en otras zonas nuevas. Uno de los puntos por los que se extendió hoy la protesta fue la zona comercial de la isla, a la que acuden chinos de la zona continental a comprar bienes de lujo que ahí son más baratos.

Pese a la aparente calma, la jornada comenzó con tensión cuando el jefe ejecutivo del territorio, Leung Chung-ying, participó en una ceremonia oficial para recordar la fundación, en 1949, de la nueva República Popular China bajo la dirección de Mao y el Partido Comunista. Allí celebró un brindis junto a un grupo de políticos y en el momento en que la bandera china era izada, un sigiloso y ordenado grupo de estudiantes de secundaria agrupados en la organización Scholarism le dieron la espalda como signo de protesta.

Con las manos en alto en forma de cruz, y con las cintas amarillas en sus vestimentas, que se convirtieron en otro símbolo de esta protesta bautizada "Revolución de los paraguas", los miembros de Scholarism permanecieron callados durante unos segundos mientras los políticos brindaron. Leung, cuya dimisión se pide con más insistencia, recalcó a los manifestantes que la reforma electoral aprobada en agosto por Beijing y que causó las protestas, ofrece más posibilidades de participación democrática que lo que hay en el resto de China, aunque no permita el sufragio universal total. 

Cientos de miles de hongkoneses protestan para pedir que en las próximas elecciones, en 2017, puedan participar todos los candidatos que así lo deseen, sin el filtro previo del Comité Electoral que pretende imponer Beijing. Los manifestantes, en su mayoría estudiantes, exigen una democracia plena y solicitaron a Leung su renuncia, algo que el gobernador rechaza porque considera que conducirá a elegir a otro líder bajo el sistema establecido por China, es decir entre dos o tres candidatos escogidos por un comité afín. 

Hong Kong integra China bajo una fórmula de "una nación, dos sistemas", que otorga a la ex colonia británica un grado de autonomía y libertad mayor al de la China continental.