En el documento titulado Relatio post disceptationem, la jerarquía de la Iglesia católica mostró un histórico acercamiento hacia homosexuales y divorciados. Fue en el marco del sínodo extraordinario que convocó el papa Francisco.
 
El texto, de aproximadamente nueve páginas, recoge tanto las consultas previas como los intercambios de la primera semana de deliberaciones del encuentro que continuará hasta el 19 de octubre, ahora en trabajo en comisiones (“círculos menores”). El documento también interroga acerca de si “¿estamos (en la Iglesia) en grado de recibir a estas personas (homosexuales), garantizándoles un espacio de fraternidad en nuestras comunidades?”. Sin embargo, el documento añade que “las uniones entre personas del mismo sexo no pueden ser equiparadas al matrimonio entre un hombre y una mujer”, aclaró por Continental Elisabetta Piqué, corresponsal de La Nación en Roma.
 
El informe presentado por el cardenal Erdó es una pieza que intenta recoger de manera equilibrada las diferentes posiciones existentes y las diferencias que se plantean entre los obispos. Las palabras clave, pronunciadas por todos, parecen ser “misericordia” y “gradualidad”. Sin embargo, los alcances que unos y otros les dan a cada una de ellas son distintos. Para los conservadores, entre quienes se cuentan el prefecto (ministro) de la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio) Gerhard Ludwig Müller, el presidente emérito del Pontificio Comité de Ciencias Históricas, cardenal Walter Brandmüller, y el arzobispo de Bolonia, Carlo Caffara, la misericordia sólo llega a partir del reconocimiento del “pecado” y del “error”, en este caso para los homosexuales, pero el criterio también puede aplicarse a los divorciados o a quienes sól registran uniones civiles, precisó Piqué en La Mirada Despierta.
 
La idea de “gradualidad” encierra una doble estrategia. Por un lado, apunta a indicar que, existiendo una condición “perfecta” desde la perspectiva de la Iglesia hay, sin embargo, otros estados de la realidad que si bien no alcanzan el grado de perfección pueden conducir hacia ella. “No es sabio pensar en soluciones únicas o inspiradas en la lógica del ‘todo o nada’”, se afirma al introducir el tema de las nulidades de los matrimonios católicos y la aceptación de los divorciados para participar de la eucaristía.


Durante esta semana las comisiones de trabajo darán forma al documento de conclusiones de esta etapa extraordinaria del sínodo y ese texto será elevado al Papa. Todo ello servirá también de base para los debates del sínodo ordinario que se celebrará del 4 al 25 de octubre de 2015 bajo el título “La vocación y la misión de la familia en la Iglesia en el mundo contemporáneo”, añadió Piqué.