La policía austríaca informó hoy de la detención de un ciudadano rumano de 29 años que transportaba en una camioneta a 26 refugiados, entre los que había tres niños de corta edad en estado grave.

La policía interceptó el vehículo en la localidad de Sankt Peter am Hart, a poca distancia de la frontera con Alemania, y detuvo al conductor por tráfico de personas.

Los 26 refugiados procedían de Siria, Afganistán y Bangladesh y se encontraban confinados en un espacio angosto con poca ventilación.
Los niños se encuentran en estado grave debido a la falta de oxígeno y la deshidratación causada por el calor.

Los menores han sido hospitalizados en la localidad austríaca de Braunau, acompañados de sus padres, y en principio no se teme por sus vidas.

"Ha sido por muy poco", declaró el vocero policial David Furtner a la radio austríaca ORF.

"Mucho tiempo más no habrían soportado esa tortura, según nos contaron los médicos", agregó el portavoz policial, que precisó que nada más detener el vehículo los agentes llamaron a los servicios de urgencias.

Según el relato policial, los agentes dieron el alto al vehículo sospechoso y, aunque trató de huir, poco después lograron detenerlo.
La fiscalía austríaca ha ordenado el ingreso del supuesto traficante de personas en el centro penitenciario de Ried.

 
El descubrimiento de este vehículo se produce dos días después de que se hallaran en un camión frigorífico abandonado en una autopista austríaca los cadáveres de 71 refugiados, probablemente muertos por asfixia.

Un juez húngaro dictó hoy prisión preventiva de un mes contra los cuatro detenidos relacionados con la tragedia, tres búlgaros y un afgano.

El diario "Österreich" ha calculado que, en un espacio de apenas quince metros cuadrados y sellado herméticamente, como era el caso del compartimento de carga de ese camión, 71 personas habría muerto por falta de oxígeno al cabo de 63 minutos.

Las autoridades austríacas creen que en el momento del descubrimiento del camión las víctimas llevaban muertas ya entre 24 y 36 horas.