El Papa Francisco se reunió hoy con el argentino Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz, quien días atrás salió en defensa del flamante pontífice para desmentir las versiones que intentaban vincularlo con la dictadura militar.

Tras mantener el encuentro en el Vaticano, Esquivel afirmó que Francisco le “expresó preocupación por reducir los índices de pobreza en el mundo trabajando junto a los pobres". Explicó así que “por este motivo me contó que optó por llevar el nombre Francisco como guía para su papado”.

"La reunión fue muy buena, hablamos de la situación general de la Iglesia, del mundo y de Latinoamérica", afirmó el Premio Nobel de la Paz. Y agregó: “El Papa me expresó su convicción por avanzar en la verdad, la justicia y la reparación del daño hecho por las dictaduras”.

Cuando voces cercanas al Gobierno aludieron a presuntas complicidades del ex arzobispo de Buenos Aires con la dictadura, Pérez Esquivel fue una de las primeras voces que salió en su defensa.

La audiencia fue gestionada por la Embajada argentina ante la Santa Sede y el embajador Juan Pablo Cafiero acompañó hoy a Pérez Esquivel hasta su encuentro privado con el Papa. Otro dato simbólico, al igual que la decisión de la Presidenta de sumar a su comitiva oficial a la ex secretaria de Derechos Humanos Alicia Oliveira, otra de las principales defensoras de Bergoglio, que demuestra por qué bando ha optado la Casa Rosada en la disputa entre los anti y los pro Bergoglio.

Premio Nobel de la Paz en 1980 por su militancia por los derechos humanos y sus denuncias durante aquellos años de plomo, Pérez Esquivel tuvo una primera reacción contundente ante la BBC: “Hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura, pero Bergoglio no. Se lo cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo superior de la congregación de los Jesuitas. Pero yo sé personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes y no se les concedía”.

En un artículo publicado en su sitio web fue algo más cauto: “Es indiscutible que hubo complicidades de buena parte de la jerarquía eclesial en el genocidio perpetrado contra el pueblo argentino, y aunque muchos con “exceso de prudencia” hicieron gestiones silenciosas para liberar a los perseguidos, fueron pocos los pastores que con coraje y decisión asumieron nuestra lucha por los derechos humanos contra la dictadura militar. No considero que Jorge Bergoglio haya sido cómplice de la dictadura, pero creo que le faltó coraje para acompañar nuestra lucha por los derechos humanos en los momentos más difíciles”, escribió. “Esperamos que tenga el coraje para defender los derechos de los pueblos frente a los poderosos, sin repetir los graves errores, y también pecados, que tuvo la Iglesia”, agregó.

Las declaraciones del Premio Nobel de la Paz de 1980 –obtenido tras sus denuncias sobre las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura militar– llegaron luego de que el diario Página/12 publicó una serie de notas en las que se sostenía que Bergoglio no defendió a dos curas jesuitas perseguidos durante la dictadura, que fueron detenidos y luego liberados.